Roland Garros arrancó con un solo favorito: Novak Djokovic llegó a París con un invicto de 43 partidos, un juego casi perfecto y la posibilidad de arrebatarle el primer lugar del ranking ATP a Rafael Nadal. Sin embargo, mientras todas las miradas estaban puestas en el serbio, Roger Federer volvió a demostrar por qué se ganó un lugar entre los mejores, sacó a relucir su mejor tenis y venció a Nole en las semis del torneo.
Luego de tres horas y media de juego, Federer doblegó a Djokovic por 7-6, 6-3, 3-6 y 7-6. Con esta derrota, el serbio, que cosechó 43 triunfos seguidos, no pudo alcanzar la racha de 46 victorias consecutivas que ostenta Guillermo Vilas. Además, dejó en suspenso la posibilidad de alzarse con el número uno del mundo, ya que ahora necesita que Federer supere a Nadal para quedar en lo más alto del escalafón.
"Honestamente, le dije a Novak en la red que lo suyo era un récord. Porque actualmente el juego es mucho más físico", reconoció el ganador. "Esto es la locura, pero no es aún la final. Me entrené siempre para este tipo de partidos, puse mucha presión a Novak... Sin lugar a dudas, ha sido uno de mis mejores partidos", destacó el ex número uno, y consideró que la victoria fue "un regalo de cumpleaños para Rafa", a quien enfrentará en la final.
El jugador de Basilea, probablemente el mejor tenista de la historia, llegó cuatro veces a la final del torneo del Grand Slam sobre polvo de ladrillo, en las que perdió tres consecutivas ante Nadal (2006, 2007 y 2008), y ganó la de 2009 ante el sueco Robin Soderling. El domingo, volverá a chocar con el mallorquín, defensor del título y actual uno del mundo. El español accedió a la instancia final luego de vencer por 6-4, 7-5 y 6-4 al británico Andy Murray.
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