sábado 27 de abril del 2024

Vélez está entre los grandes

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El título principal del Diario Libre, el lunes tras la coronación de Velez en el Clausura 2011, habló de “quinto grande”, concepto sostenido desde la cantidad de títulos logrados a nivel local. Si a la cosecha nacional le sumamos los títulos internacionales, Vélez se ubica en el cuarto lugar de la tabla histórica detrás de Boca, River e Independiente. Claro que Fernando Raffaini, el presidente de la institución fue un poco más allá y se animó a hablar de Velez como el “tercer grande” del fútbol nacional. La descripción se presenta, cuanto menos, como algo atrevida. Pero fue ese virus del atrevimiento que inoculó Carlos Bianchi a comienzos de los ’90 el que le permitió al Fortín dar el salto de calidad que le permitiera equiparar en el plano futbolístico todo lo bueno que se había hecho desde lo institucional.

Cuando Raffaini desafía desde la idea del “tercer grande”, seguramente, fortalece su argumentación a partir, no sólo de lo deportivo sino decididamente desde la envidiable y, tal vez única, continuidad institucional. Al menos desde la década del ’80, Vélez se ha sostenido como uno de los tres mejores en ese aspecto. Por aquel entonces compartía el podio con el Ferro de Santiago Leyden y el Independiente de los prolijísimos gallegos encabezados por don Pedro Iso. En los ’90, River y Boca se recuperaron y consecuentes con el menemismo exacerbaron las diferencias con los que menos tenían. Igualmente, Vélez estuvo allí para ser el tercero en discordia, dentro y fuera de la cancha.

En este siglo, Lanús y Estudiantes crecieron en ambos planos para transformarse en instituciones modelos y aprovechando los vaivenes de los grandes (Independiente en el peor momento de su historia futbolística e institucional, Racing quebrado y gerenciado, San Lorenzo con cancha pero devastado por la gestión del sospechado Fernando Miele) otra vez, el Vélez de Gámez ayer y de Raffaini hoy aparece entre los tres mejores.

El barrio de Liniers festejó 12 títulos en los últimos 18 años, cifra apenas superada por Boca y River. Independiente se anotó sólo con 6 conquistas, San Lorenzo con 5 y Racing apenas con un título.  Convengamos entonces que la idea de tercer grande no se presenta como antojadiza o decididamente absurda, al margen de que la grandeza de un equipo no se mide sólo por los títulos o la calidad institucional. Claro que Vélez logró también que ese crecimiento se manifieste incluso en las tribunas y en la cantidad de hinchas. Encontrarse hoy con un fanático de Vélez en el interior de nuestro país puede verse aún, como una rareza, pero veinte años atrás era casi un milagro.

Hoy por hoy, tanto para un chico que quiere empezar a jugar al fútbol o para jugadores ya consagrados, pasar por Vélez es dar un salto de calidad. Las inferiores garantizan buena formación futbolística y personal y una seguridad de que no faltarán oportunidades para llegar a Primera, mientras que en el plano profesional todo se presenta casi perfecto. Buenos contratos que además se cobran al día, excelente lugar de entrenamiento y concentración, desafíos profesionales permanentes y hasta una inmejorable vidriera para una eventual transferencia al exterior.

A pesar de todo, Vélez no es ni el tercer, ni el cuarto, ni el quinto grande del fútbol argentino. La historia pesa. Lo clásicos son los clásicos y cada uno tiene su lugar en el mapa de la pelota. Pero está claro que el equipo de Bianchi, Chilavert, Gamez, Trotta, Piazza, Bielsa, Bassedas, Russo, Cubero, Silva, Martínez y Gareca crece a pasos agigantados y que la diferencia con los grandes, paradojicamente se achica. Y así como la historia dice que los grandes son otros, el presente futbolístico lo encumbra con absoluta justicia y unanimidad de criterios, como el mejor de todos, por encima de cualquier gigante con pies de barro.

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