martes 19 de marzo del 2024

Diego, el Riquelme de Almirante

Uno de los hermanos del ídolo de Boca habló con 442. Su llegada al equipo de Giunta y los consejos del enganche. "Ahora lo disfrutamos más", dice. Galería de fotosGalería de fotos

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Son parecidos en los rasgos de su cara y también en su forma de declarar. “Estoy muy feliz de estar acá”, dice Diego Riquelme, sobre su presente en Almirante Brown, usando el latiguillo que patentó su hermano doce años mayor que él. “Ahora lo podemos disfrutar más”, festeja cuando habla de Juan Román.

La familia Riquelme tiene un vínculo especial con Argentinos Juniors. El ex enganche de Boca hizo casi todas sus inferiores en el Bicho de La Paternal antes de que fuera comprado junto a otros compañeros por el club xeneize. Sebastián, que anticipó en su twitter la bomba de Román en la previa de la final de la Libertadores, es el único Riquelme que hoy está en Argentinos. Porque Diego se cansó de esperar su oportunidad de jugar en Primera y se fue.

“Hice todas las inferiores en Argentinos. Estuve siempre entrenando en Reserva, alternaba a veces con Primera pero nunca fui al banco. Siempre jugué en Reserva”, cuenta Diego a 442. Con 22 años, la necesidad de tener continuidad en Primera y las pocas ganas de irse al exterior, surgió la posibilidad de Almirante Brown. “Mi viejo se conoce con Blas Giunta. Hablaron entre ellos y acá estoy. Tenía otras oportunidades de irme para Chile o algún otro club del exterior pero no quería”.

Diego acaba de firmar un contrato por un año con el club de Isidro Casanova y, arrancando desde el banco de suplentes, empieza a adaptarse al equipo de Giunta. “Depende del partido, el técnico me pide que pare la pelota, que la tenga y que no ataquemos más. En otros me pide que la agarre y que ataque”, cuenta el enganche. Sí, en la misma posición que Román, uno de los últimos exponentes en ese lugar de la cancha en el fútbol argentino.

“Siempre hablamos de fútbol. Mi hermano me da consejos y me ayuda para crecer. Todavía no pudo venir a verme, pero ya arreglamos para que un día vaya a la cancha”, explica Diego, que sabe todo lo que significa en el fútbol el apellido que lleva.

“Es una alegría enorme por todo lo que hizo él como futbolista. Eso lo vieron todos. Pero para nosotros es mucho más, porque lo tenemos todos los días en casa, porque conocemos la forma de ser de él y sabemos todo lo que nos dio a la familia”, describe el enganche del Aurinegro, que sueña con seguir los pasos de su hermano. “Es obvio que me gustaría jugar en Boca. Soy hincha. Todos en la familia somos bosteros”.

Román pasa sus días alejado del fútbol profesional haciendo lo que más le gusta: jugando y comiendo asado con amigos. Pero también le dedica mucho tiempo a la familia. “Trata de estar todo el tiempo con nosotros. Ahora que no está jugando, está siempre. Comemos juntos. Está todo el día. Ahora lo podemos disfrutar más, es otra cosa”. Riquelme está feliz.

(*) editor de 442

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