El Atlético Madrid dirigido por Diego Simeone se clasificó por cuarta vez en su historia, y después de 40 años, para jugar una de las semifinales de la Champions League, tras derrotar hoy al Barcelona del Tata Martino y Lionel Messi por 1 a 0 en un encuentro de vuelta correspondientes a los cuartos de final.
El Atlético, que ya jugó semifinales en 1958/59, 1970/71 y 1973/74, buscará llegar a su segunda final (la única fue en 1974) de Champions, al igual que el Bayern Munich (campeón defensor), el Real Madrid y el Chelsea de Inglaterra.
Un dato básico para entender este final: Simeone le encontró la vuelta al Barcelona
Simeone y sus jugadores conocerán el nombre de su rival el próximo viernes, cuando en Nyon, Francia, se hago el sorteo de las llaves de semifinales.
Sin lugar a dudas la clave de la victoria del Atlético estuvo centrada en la actitud con la cual salió a jugar el trascendental partido, la concentración de todos sus jugadores para cumplir al pie de la letra el planteo de Simeone, y la presión que ejercieron cuando el Barcelona fue el dueño de la pelota y el campo. La actitud del arranque provocó que el Atlético jugara diez minutos, los primeros del partido, a un altísimo nivel. En ese lapso el equipo madrileño consiguió el gol (Koke a los 5) y estrelló tres remates (uno de Raúl García, y dos de David Villa) en los palos del arco defendido por José Manuel Pinto.
Barcelona fue un equipo ausente. En el arranque pareció dormido y estuvo para la goleada, algo que no llegó porque los palos jugaron a su favor y porque el Atlético se calmó pasado el primer cuarto de hora.
A nivel colectivo el Barcelona jugó un partido para el olvido. El trabajo de la defensa fue lamentable (muy bajos Javier Mascherano y Dani Alves), y en cuanto a las individualidades, sólo se salvaron Neymar y Pinto.
¿Y Messi? La figura del equipo catalán se mostró impreciso, lento, generalmente jugó lejos del área, y en los noventa minutos de juego sólo dispuso de una ocasión para marcar, un cabezazo a los 12 del primer tiempo, que salió muy cerca del palo izquierdo del arco defendido por el belga Thibaut Courtois.
Amén de esto, el Barcelona, que vivió su mejor momento en los últimos 30 minutos de la primera parte, se mostró, al igual que en los últimos tiempos, como un equipo lento, sin sorpresa. Predecible, en el que sólo Neymar se atrevió a realizar algún cambio de ritmo para incomodar a la defensa rival.
Un dato básico para entender este final: Simeone le encontró la vuelta al Barcelona. No sólo impidió que el equipo catalán ganara en los últimos cinco partidos, sino que también evitó que Messi se anotara en el marcador.
Fuente: DyN
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