Dos de los argentinos involucrados en el escándalo de corrupción de la FIFA consiguieron ayer su excarcelación. El juez Claudio Bonadio les concedió la libertad a los empresarios Hugo y Mariano Jinkis, propietarios de la empresa Full Play SA, con la condición de que no se alejen más de 60 kilómetros de la sede del juzgado y no se ausenten por más de 24 horas sin dar aviso al tribunal.
El jueves el magistrado suspendió el proceso de extradición de los Jinkis para requerir a Estados Unidos que sea más específico respecto de la acusación que pesa sobre ellos. Una vez que llegue la información requerida el juez deberá evaluar si los Jinkis continúan o no en libertad.
Fuentes cercanas a los empresarios explicaron a PERFIL que “confían en que no se modifique la excarcelación”. Ahora los Jinkis podrán regresar a las oficinas de Full Play, aunque en su entorno negaron que esto vaya a suceder. “No sabemos si volverán a la empresa, es posible que se alejen por un tiempo”, contaron.
La Justicia de Estados Unidos quiere juzgar a los Jinkis por los delitos de extorsión, fraude electrónico y lavado de activos. Intentarán demostrar que fueron parte de una asociación ilícita que pagó sobornos a dirigentes de la FIFA para obtener el derecho comercial de diversos torneos de fútbol internacionales.
Una vez que EE.UU. envíe la información la defensa de los Jinkis tendrá el panorama más claro para actuar. Los abogados de los empresarios intentarán demostrar que los delitos por los que son acusados en Estados Unidos no se entienden como tales en Argentina.
Como el viento. Con la libertad de estreno, ayer por la tarde, los Jinkis –padre e hijo– se mostraron juntos en la escuela Northlands, en Olivos. Fueron a ver un acto del que participó un hijo de Mariano.
Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.
