lunes 25 de noviembre del 2024

El atraso de Argentina con el fútbol femenino

Recién dentro de cinco años las jugadoras podrían ser profesionales. En Brasil, Colombia, Venezuela y Chile ya firman contratos. Otras carencias.

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Algo cambió en el fútbol femenino argentino luego de la denuncia de Macarena Sánchez. Su acción legal puso en agenda la falta de profesionalización para las mujeres en nuestro país. Según el anterior presidente del fútbol femenino de AFA, Ricardo Pinela, y las actuales autoridades, el proceso hacia la profesionalización es complejo y puede llevar cerca de cinco años. La Argentina está lejos de que el fútbol femenino genere ingresos a través de sponsors, principalmente por la falta de apoyo institucional a lo largo de la historia. Sin embargo, algunos países de nuestro continente lograron la profesionalización en los últimos años, mientras que otros ya están dando pasos firmes para alcanzar el objetivo.

En Venezuela la liga de fútbol femenino es profesional desde 2017 y las jugadoras tienen contratos que las reconocen como futbolistas profesionales. "Aquí hay chicas desde 14 años con contrato", explica Dayana Quintana, periodista venezolana e integrante del programa radial Guerreras en la cancha.

Colombia es el otro país de Sudamérica que profesionalizó totalmente su campeonato de fútbol femenino. "Existe desde 2017, lo que pasa es que no ha sido una liga con continuidad porque el año pasado no se jugó el campeonato del segundo semestre por falta de fondos y patrocinio. A pesar de esto, Atlético Huila, equipo colombiano, se consagró campeón de la Copa Libertadores Femenina. Esto impulsó una gran campaña de las jugadoras y exigieron que se realice nuevamente el campeonato y que sea un torneo largo de un año”, explica María Paula Pérez, locutora y periodista colombiana de ESPN y Caracol Radio.

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Los contratos. La denuncia de Macarena Sánchez también puso sobre la mesa el falso amateurismo, donde algunas jugadoras cobran un sueldo de sus clubes pero no como futbolistas sino por otro trabajo. En Venezuela y Colombia todas las jugadoras tienen un contrato que las reconoce como futbolistas profesionales y se las remunera.

En el fútbol brasileño los contratos empiezan a ser cada vez más comunes. "Con la obligación de tener equipos femeninos, la profesionalización está comenzando. En los clubes que suelen pelear por el campeonato como Santos, Corinthians e Iranduba, hay futbolistas que llegan a cobrar entre 3.500 y 5.000 reales (35 mil y 50 mil pesos, aproximadamente)", dice Juliana Lisboa, periodista deportiva brasileña, productora de TVE Bahía y columnista del portal Dibradoras.

En los demás países del continente como Bolivia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay, la situación es igual que en la Argentina: no hay jugadoras de fútbol con contratos profesionales. Es por eso que actualmente muchas jugadoras argentinas se están yendo a jugar al exterior. Sin embargo, el éxodo obligado de ligas no profesionales no convierte a estas ligas en las grandes exportadoras. Un reciente informe de la FIFA mostró que de los diez países que más futbolistas transfirieron al exterior, hay tres que son sudamericanos: Brasil, Venezuela y Chile. El primero tiene muchas jugadoras profesionales, el segundo tiene una liga profesional y el tercero empieza a dar los primeros pasos: a principios de este mes, cuatro jugadoras del Santiago Morning firmaron contrato como futbolistas profesionales, algo sin precedentes en el fútbol femenino chileno.

Campeonatos Federales. Otra de las deficiencias en el fútbol argentino es que el campeonato de Primera sea federal como el de varones, es decir, que puedan participar equipos de todas las provincias del país. Esto en algunos países de Sudamérica se da y en otros sucede lo mismo que aquí. "El campeonato paraguayo cuenta con 15 clubes y todos son de Asunción y de la zona metropolitana", explica Ramón Giménez, director del portal Fútbol Femenino Paraguay.

"En Ecuador es nacional, por más que los trofeos se suelen repartir entre equipos de las dos grandes ciudades: Quito y Guayaquil", cuenta Mark Bisam, sociólogo británico y doctorando en Ciencias Sociales que investigó el fútbol femenino en Sudamérica. Otro de los países que tiene una competencia federal es Brasil, donde hay un campeonato regional y uno nacional, como en su fútbol masculino.

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Los recursos y las asociaciones. En Colombia y en Venezuela el principal ingreso proviene de los clubes y los sponsors. El gran problema que enfrenta el fútbol femenino argentino, que es el mismo de la mayoría de los países que todavía no se profesionalizaron, es la falta de inversionistas. "En Bolivia el dinero proviene de la Federación Boliviana de Fútbol y de la inversión de los clubes. El único deporte profesional en todo el país es el fútbol masculino", dice Hugo Miranda, director del portal Fútbol Bolivia. La situación en Paraguay es idéntica.

El rol del Estado es fundamental para el crecimiento del fútbol femenino, tanto desde la inversión como desde la implementación de políticas concretas que contribuyan a su crecimiento. En Brasil hubo una iniciativa interesante del Gobierno Federal. "En 2015 fue sancionada una ley que permitía pagar la deuda fiscal de los clubes en cuotas por veinte años y tenían algunas contrapartidas entre las que se encontraba la creación de un equipo femenino de fútbol", explica Juliana Lisboa.

También es necesaria la participación de la FIFA que está realizando algunas acciones para mejorar las condiciones del fútbol femenino en Sudamérica. Perú fue el país elegido para llevar a cabo el proyecto piloto FIFA Girls Academy, que constará principalmente de cuatro centros de desarrollo en distintas ciudades del país. La FIFA también le dio recomendaciones a la Federación Peruana de Fútbol y la incitó a que se haga cargo del campeonato local que hasta ahora era manejado por la Asociación Deportiva de Fútbol Profesional de Perú.

Representación gremial. El conflicto laboral de Macarena Sánchez dejó expuesto que en nuestro país las futbolistas no tienen ningún tipo de representación gremial. Lo mismo sucede en casi todos los países del continente, pero es interesante ver lo que pasó recientemente del otro lado del Río de la Plata.

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Hace unos días se fundó la AFU (Asociación de Futbolistas Uruguayos), para nuclear a los futbolistas hombres que estaban ya incluidos en la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, el equivalente a Agremiados en Argentina, junto a todos los futbolistas amateur: fútbol sala, divisionales amateur masculinas y fútbol femenino. La asociación es presidida por el ex capitán de la selección Diego Lugano. En Venezuela las futbolistas son parte de la Asociación Única de Futbolistas Profesionales de Venezuela (Aufpv).

Si la dirigencia actual de la AFA quiere ser la que cambie el fútbol femenino argentino, como lo ha manifestado más de una vez, será necesario que tome nota de los procesos y de los avances de los distintos países del continente para mejorar las condiciones de la disciplina en la Argentina. El diagnóstico actual no es bueno, la denuncia de Macarena Sánchez sacó a flote muchas carencias y la comparación con otros países muestra que si esto fuera un partido todavía faltaría mucho para darlo vuelta, y si fuera un torneo estarían más cerca de pelear el descenso que el campeonato.

(*) Esta nota fue publicada en el Diario PERFIL.