El Gran Premio de Arabia Saudita de Fórmula 1 se mantiene tras una larga reunión entre los pilotos que terminó sin anuncios sobre la conveniencia de disputar la carrera tras los ataques de los rebeldes yemeníes cerca del circuito de Jeddah.
Después de más de cuatro horas de intercambios entre pilotos, directores de equipo y los principales responsables del campeonato (el director de la Fórmula 1 Stefano Domenicali y su director deportivo Ross Brawn), decidieron continuar con el Gran Premio en el país del Medio Oriente.
Después Stefano Domenicali, el presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), Mohammed Ben Sulayem y las autoridades locales recibieron a pilotos y escuderías para tranquilizarlos.
"Hemos recibido la garantía total que, para el país, la seguridad es prioritaria", dijo Domenicali a los medios tras esa primera reunión.
"¿A qué apuntan los hutíes? A las infraestructuras económicas, no a los civiles y no al circuito. Hemos verificado los hechos y tenemos la garantía a alto nivel de que este lugar es seguro", añadió Ben Sulayem.
La situación política en Arabia Saudita
Los hutíes son un grupo disidente que se oponen al gobierno militar oficialista que existe en Arabia Saudita y en varias ocasiones han bombardeado refinerías con el objetivo de presionar a los países productores de petróleo para que aumenten la producción para contener los precios del crudo.