La serie “Monzón” se toma ciertas licencias históricas. Hay un hijo que no aparece, rivales con los que boxeó en otras fechas y escenas que exageran sus adicciones. En muchos casos, son decisiones que responden a la fluidez narrativa o al tono que el director Jesús Braceras pretendió darle a la historia. Sin embargo hay un “error” que resulta inexplicable: muestran a un Carlos Monzón que no toleraba a Nicolino Locche, cuando en realidad a quien detestaba era a Ringo Bonavena.
En la serie los muestran como personajes opuestos: arriba del ring Nicolino era un artista, derrochaba arrogancia y llenaba el Luna Park porque estaba a disposición del show, mientras que Monzón era un boxeador feroz pero sin carisma, que vendía pocas entradas y extremadamente introvertido. De todos modos, aquellos que siguieron de cerca sus carreras coinciden en que se tenían respeto, cierto cariño y que jamás llegaron a las manos, como sí ocurrió con Bonavena.
Ringo y Monzón eran también personajes totalmente opuestos. Bonavena provocaba a partir de frases groseras, a Monzón le bastaba con una mirada. El porteño canchero contra el muchacho retraído del interior, el fanfarrón contra el humilde, el show contra la eficacia. El choque era inevitable. Y ocurrió en México.
“No sé qué dijo Bonavena, pero se sabe que Carlos tenía pocas pulgas. Tanto que, de pronto, estalló y se puso de pie, dispuesto a pelearse. Ringo cerró los ojos y tomó el borde de la enorme mesa por la parte de abajo, como si quisiera darla vuelta"
Bonavena sentía cierto rencor por Monzón y lo evidenciaba. Decía, por ejemplo: “«Monzón viaja en turista, pero yo soy un bacán, viajo en primera”, o cuando pasaba el propio Monzón le gritaba: “¡Chau, Platero!”, en referencia al asno del libro “Platero y yo”. A veces Ringo se jactaba de que sin haber ganado la corona mundial cobraba el mismo cachet que Monzón, hasta que cierta vez el santafecino le salió al cruce: “Vos ganás 100.000 dólares por pelea, como yo, pero yo soy campeón del mundo y siempre gano”.
Por eso, cuando Monzón y Bonavena se sumaron a la delegación que acompañó a Horacio Saldaño a México para pelear con Mantequilla Nápoles por el título welter, muchos intuyeron que algo podía suceder. Y sucedió.
Estaban en un restaurante argentino en México, compartiendo una cena con el equipo de Saldaño y algunos periodistas que habían viajado para cubrir la pelea. Carlos Irusta, en su libro “Monzón, la biografía definitiva”, detalla así el episodio: “No sé qué dijo Bonavena, pero se sabe que Carlos tenía pocas pulgas. Tanto que, de pronto, estalló y se puso de pie, dispuesto a pelearse. Ringo cerró los ojos y tomó el borde de la enorme mesa por la parte de abajo, como si quisiera darla vuelta. ‘Calmate, Oscar, dale, hay gente’, le dijimos los que estábamos al lado. Finalmente todo pasó, pero nunca quise imaginarme a Monzón, enojado, enfrentándolo a Ringo. Porque así como Oscar era bonachón y bromista, Carlos no amenazaba: prometía”.
Monzón, con buen rating
Telefé y Netflix volvieron a darle protagonismo a Monzón, la serie que produjo Buena Vista y el Incaa. El canal de aire le viene emitiendo en un horario central y la plataforma de streaming la lanzó como una de las apuestas para este verano. Y a pesar de que la serie ya había salido al aire por Space hace más de dos años, está rindiendo: en Telefé logró un promedio de 8,16 puntos de rating y lidera la franja horaria.