jueves 05 de diciembre del 2024
Análisis

Con Villa adentro y Riquelme elevado a otra dimensión, Boca salió campeón

Luego de la polémica sobre la presencia o no del futbolista en la final ante Tigre, el colombiano se lució y Román es quien debe llevarse casi todos los laureles.

Sebastián Villa es un extranjero de tez oscura y origen muy humilde, que nació en la pobreza extrema de un hogar donde con suerte se comía una vez por día. Después, por virtudes físicas y técnicas, se transformó en un futbolista famoso y en una de las figuras del Boca campeón de la Copa de la Liga 2022. Por detrás no existe una familia poderosa, no hay un gran capital social como diría Pierre Bourdieu. Conceptualmente, para muchos y muchas, es un paria famoso por patear una pelota. .

Este joven futbolista colombiano no es político, no fue gobernador de una provincia del norte argentino ni tiene más de 2000 millones de pesos de patrimonio, pero sí comparte con José Alperovich denuncias por violencia de género y abuso sexual.

La primera data de abril de 2020 cuando su ex pareja, también colombiana, lo acusó de lesiones y amenazas en plena pandemia. El caso ya fue elevado a juicio y avanza sin obstrucciones institucionales.

La segunda es una denuncia que le realizó una joven argentina por un hecho que ocurrió en el domicilio del futbolista a mediados del año pasado. Caso por el cual, la semana pasada, quedó formalmente notificado como imputado por el delito de abuso sexual.

Villa

Por el momento, sus casos avanzan y la justicia ha considerado que debe seguir en libertad. El club que lo contrata y donde Juan Román Riquelme tiene siempre la última palabra, estuvo a disposición de ambos involucrados y emitió un comunicado al respecto: "Ante los hechos de público conocimiento que involucran al jugador de nuestra institución, Sebastián Villa, queremos comunicar que el Club Atlético Boca Juniors ha suministrado a la Justicia toda la comunicación solicitada vía oficial judicial para colaborar con el avance y esclarecimiento de la causa".

Noam Chomsky, uno de los filósofos más reconocido de los últimos tiempos fue muy crítico del doble discurso de la política y acuñó célebres reflexiones sobre la objetividad y la hipocresía. Los hipócritas son aquellas personas que se niegan a aplicarse a sí mismas las condiciones que les aplican a los demás.

José Alperovich también siguió en libertad luego de la denuncia por violación que le hizo su sobrina. A diferencia de Sebastián Villa, aunque la Justicia así lo hubiese querido, no podía ser encarcelado porque gozaba de los fueros que le permitieron mantener sus colegas del Congreso Nacional: tanto hombres como mujeres.

No hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de las diferencias y la hipocresía. De esos y esas que fingen que las cosas les importan pero no hacen nada para cambiarlo y de quienes dicen ser una cosa pero son todo lo contrario.

"Sebastián Villa no tiene que estar en la cancha. Algunas personas importantes en el mundo social, como Riquelme, es necesario que puedan formarse. No pido que una persona como él, que fue jugador y ahora es director técnico sepa de políticas de género, pero sí que reconozca su influencia en la sociedad” dijo la titular del INADIVictoria Donda, quien nunca nada dijo sobre la acusación a su colega terrateniente y millonario pero si es capaz de estigmatizar y defenestrar ex futbolistas como brutos e incultos por sus decisiones.

Donda

#QueMañanaNoJuegeVilla viralizaron en la redes sociales. Si hubiese sido hincha de Tigre lo hubiese compartido con las dos manos, pese a que la campaña curiosamente fue impulsada por la diputada nacional del Frente de Todos, Natalia Souto, quien reclamó que “las instituciones deportivas deben involucrarse y no mirar para el costado”, pero nunca se pronunció en contra de que Alperovich estuviese resguardado por el Senado.

La hipocresía al máximo de condenar al pobre extranjero, pero cuidar al millonario acusado de incesto por violar a su propia sobrina es escandalosa. La doble vara que le exigen al futbolista en relación a la complicidad que sostienen con su compinche político es indigna.

Si Villa hizo lo que lo acusan de haber hecho, como dijo Alberto Fernández sobre José Alperovich, es algo “muy grave” y deberá pagar las consecuencias de sus actos. Pero todavía la justicia no lo había condenado. Riquelme no obstruyó su accionar con sus palabras. Defendió a su empleado y obró en consecuencia con el mandato que le dieron los socios al votarlo. Dicho sea de paso, a mi entender, Villa fue uno de los futbolistas más determinante en el resultado.

Con aciertos o errores, pero defensores de sus causas y dispuestos a arriesgarse en pos de sus convicciones, prefiero los comprometidos como Riquelme y no a tibios y acomodaticios, como Victoria Donda o Natalia Souto, que fustigan al hijo de un campesino famoso pero nada dicen sobre los abusos de un senador millonario.

NdR: Esta columna estuvo escrita antes de la final de Tigre y Boca. Si el resultado hubiese sido desfavorable para Boca, habría sido publicada al instante. Consumada la victoria, sale al día siguiente, para no mezclarse con el resultado y los festejos. 

NdR2: El autor de esta columna si se formó en temas de género y aprobó el curso que propuso el Ministerio de Turismo y Deportes por lo tanto, la máxima autoridad del Inadi no podría objetarlo.