La muerte de Amadeo Carrizo, leyenda de River y del fútbol argentino, entristeció sobre todo a los más veteranos, a los que vieron jugar al arquero.
Entre estos se encuentra Carlos Bianchi, gloria de Vélez y el entrenador más destacado de la historia de Boca. En 1968, con la camiseta del Fortín, el Virrey le convirtió a Amadeo y le cortó un récord de imbatibilidad.
Al día siguiente, la televisión fue a buscar al por entonces joven Carlos Bianchi, quien hacía poco había debutado en la Primera del Fortín.
En ese reportaje, el exdelantero confesó su idolatría por Carrizo y su temprana condición de hincha de River. En más de una oportunidad Bianchi ratificó esa primera vinculación con el Millonario, equipo al que dejó de seguir una vez que empezó a jugar al fútbol de manera profesional.