Daniel Grinbank habla como presidente de Independiente. Las encuestas que maneja su agrupación lo dan como favorito para las elecciones de diciembre que lo enfrentará a otras dos fuerzas: el oficialismo, con un Hugo Moyano que va por la reelección, y la otra alianza opositora, que reúne a figuras del Pro como Cristian Ritondo y Néstor Grindetti, con el apoyo del ex tenista Gastón Gaudio.
Por eso el empresario del espectáculo dice que ya está armando equipos de trabajo para enfrentar la crisis económica del club, propone una transición ordenada y planifica de qué manera combatir a los barras. Si bien no será el principal candidato en el trinomio porque sus actividades empresariales no le van a permitir dedicarse por completo al club, confirmó que irá como vicepresidente.
—En la elección de diciembre no se jugará una mejor o peor gestión, se jugará recuperar el club para los socios. Necesitamos recuperar el club que está tomado por Moyano y su gente. Tampoco pretendo que sea un sector de contienda de diferencias políticas o sindicales a nivel nacional. El otro frente es una unión en contra de Moyano con un fin político, entonces aparece un Barrionuevo, que quiere dirimir cuestiones gremiales con Moyano, y el Pro con una presencia muy fuerte.
—¿Por qué decís que el club está tomado por los Moyano?
—El club se debe manejar por los estatutos, pero fueron sistemáticamente violados. Gobernaron sin reuniones de comisión directiva, con impunidad en las asambleas cuando requeríamos información que nunca nos fue suministrada, hay muchísimos carnets en poder de afiliados al sindicato que no tienen nada que ver con hinchas de Independiente. Es una metodología de los Moyano, así manejan a su sindicato, por eso necesitamos que haya mucha participación de los socios e hinchas genuinos.
—Vos decís que querés que el club vuelva a ser de los socios, sin embargo la mayor crítica que recibís es que estás a favor de las sociedades anónimas.
—Estoy a favor de profesionalizar las áreas, pero el ente supremo que va a regir el club es la comisión directiva elegida por los socios. Lo que sí intentan es estigmatizarnos con la Ley de Salvataje, que algunos llaman “quiebra con continuidad”, y que podríamos aplicar como último recurso. Pero la realidad es que el club ya está quebrado y los hechos lo demuestran. Lo que nosotros queremos es salvarlo, recuperarlo, refundarlo.
—¿Es el peor momento en la historia de Independiente?
—Sin dudas, porque tiene un pasivo inviable, con una composición muy grave porque la mayoría de lo que se debe tiene sentencia firme y hay muy poco margen para negociar. Cuando leo que Moyano ya tomó plata de lo que vamos a cobrar por derechos de televisión para pagarle a Cristian Chávez, cuya incorporación fue una locura, no lo puedo admitir. Por eso, queremos una transición lo más ordenada posible, porque de esa transición depende con qué nos vamos a encontrar cuando entremos a la sede. Sesenta días antes de las elecciones vamos a empezar a trabajar como si estuviéramos gobernando, tenemos que generar recursos, buscar sponsors, definir al secretario deportivo y definir cómo vamos a trabajar en las distintas áreas. Si empezamos el día después de ganar la elección, entramos tarde.
—¿Queda algún margen para generar una alianza con el otro frente opositor?
—Está descartado porque no coincidimos en cómo gestionar, en los objetivos, y tampoco aceptamos que quienes fueron durante siete años parte del gobierno de Moyano de la noche a la mañana sean oposición. Estuvieron siete años adentro. Nosotros creemos en la unidad y en la búsqueda de consensos, pero con límites, y el límite en este caso es que quienes armaron este quilombo no pueden ser parte de la solución.
—Pero por otro lado, sos consciente que una oposición dividida favorece a Moyano.
—Las encuestas nos dan que el rechazo a Moyano es grande y que la tercera agrupación va a tener dos mil votos. Siempre supimos que esa gente se iba a aglutinar y a presentar en las elecciones, pero las encuestas que hicimos en base al padrón, que son las únicas que valen porque están registrados los socios que votan, nos dan ganadores aún tomando en cuenta los votos de la otra alianza.
—Tus mayores acercamientos al fútbol fueron cuando en 2002 llevaste jugadores a Independiente a través de un fondo de inversión y dos años después en el Leganés, de España, experiencias que vos mismo definiste como fracasos.
—Fueron fracasos de distinta índole. En 2002 hubo una primera parte que fue muy valiosa que hizo que Independiente tuviera nuevamente un equipo competitivo, que jugara al fútbol, para mí fue el mejor equipo de este siglo. Y lo del Leganés fue una experiencia dentro de las sociedades anónimas deportivas, un negocio sin ninguna afinidad sentimental, y como el ayuntamiento de Leganés no cumplió su parte entonces no hice uso de la opción que tenía de compra. Cuando defino como fracaso lo de Independiente en 2002 fue porque pequé de inocente, por no decir de pelotudo, por la persona en quien confié.
—Esa persona en la que confiaste es el ex presidente Andrés Ducatenzeiler, que ahora se dedica a mandar por whatsapp videos en los que cuestiona a todo el mundo y propone una unidad de todas las agrupaciones. ¿Viste alguno de esos videos?
—Vi alguno y me causaron gracia. Los tomo con humor. Veo que hay gente que se indigna, pero yo los tomo como algo divertido. Hace una puesta en escena que no se puede tomar con seriedad. No le doy entidad ni para ponerme a discutir.
—Precisamente con la gestión de Ducatenzeiler arrancó la decadencia del club, ¿te genera alguna culpa haberlo impulsado como dirigente?
—Mucha vergüenza, muchísima vergüenza. Por eso lo de 2002 lo divido en dos partes: la primera, con el campeonato, pero todo lo que vino después fue horroroso. Es un error que no me puedo permitir volver a repetir.
Barras violentos
El martes pasado a las tres de la tarde dos facciones de la barra de Independiente se cruzaron a los tiros en pleno centro de Avellaneda. Una locura que volvió a darle protagonismo a los violentos de siempre.
—¿Viste el video de los barras?
—Lo vi, fue tremendo. Nosotros vamos a profesionalizar el área de seguridad del club, vamos a trabajar con el gobierno porque esto no se soluciona sólo desde la dirigencia, necesita que el poder político esté totalmente alineado. La cuestión tampoco pasa por la payasada que hacía Cantero de correr a Bebote por la avenida Mitre, eso era un show de Spiderman contra Octopus.
—Cantero asumió como Presidente con la intención de combatirlos, pero llegó con una barra y se fue con dos.
—Es que lo hizo de una manera ridícula, se lo devoró el personaje. Tuvo un protagonismo mediático y no estaba preparado, la fama confunde mucho. Le gustó salir en televisión y un presidente no puede ni debe hacer eso.
—¿Es posible combatir a las barras?
—Depende del poder político. Aníbal Fernández, el actual ministro de Seguridad, tuvo que haber comprendido el fracaso de Hinchadas Unidas en el Mundial de Sudáfrica, que todo eso no sirvió para nada y que no hay manera de negociación posible. Los barras son como la humedad, si les dejás una mímina grieta y se meten por ahí.