Independiente cerró la fase de grupos de la Copa Sudamericana de una manera que hace un par de meses hubiera sido una fantasía: primero e invicto. Este miércoles le ganó 1-0 a Guabirá en Avellaneda con gol de Silvio Romero y así, pasito a pasito, el equipo de Falcioni avanza en todos los frentes.
Guabirá llegó a Avellaneda con un objetivo claro: evitar el papelón. El equipo boliviano había perdido los cinco partidos del Grupo B, con un gol a favor y 17 en contra. Sin más ambiciones que despedirse de la Copa Sudamericana con cierta dignidad, jugó al cero a cero.
Y esos, se sabe, son los esquemas que más le cuestan a Independiente. Cuando el rival se repliega y le ofrece espacio y pelota, al Rojo le cuesta resolver. Sin creación para sacar ventaja en espacios reducidos, se siente más cómodo en el rol de equipo contragolpeador.
Así pasaron los minutos. Guabirá lejos, muy lejos de Sebastian Sosa, mientras que Independiente se ubicaba cerca, muy cerca del arquero boliviano pero sin inquietarlo en serio.
Pasaban los minutos y el cero a cero parecía sellado. Le servía a los dos. Pero desde Brasil llegaban malas noticias: City Torque le ganaba a Bahía y un gol de Guabirá como consecuencia de una jugada perdida hubiera sido letal.
Hasta que cuando faltaban diez para el cierre los equipos condimentaron una noche fría y aburrida. Un tiro de esquina, un cabezazo y Silvio Romero se llevó la pelota por delante con arquero y todo. Uno a cero y asunto liquidado.
Pero este Independiente necesita una cuota de sufrimiento. Está en su ADN. Llegó unos minutos después: Sosa salió del arco de manera innecesaria, apresurada, y se llevó puesto a un delantero en una jugada con destino de intrascendencia. Penal. Se hizo cargo William Alvarez, que la quiso poner en el rincón y se le fue afuera por centímetros. El arquero, de todos modos, se lanzó a ese palo y casi roza la pelota con la punta de los dedos.
Esta clasificación le servirá al Rojo como envión para el próximo compromiso: el lunes disputará la semifinal de la Copa de la Liga ante Colón, un rival que le va a exigir más que el modesto Guabirá.