jueves 25 de abril del 2024
DESPEDIDA A UN MAESTRO

Márcico: “Si hubiésemos tenido 15 o 20 Timoteos, tendríamos otra sociedad”

El Beto, dirigido por Griguol en Ferro y Gimnasia, recordó sus enseñanzas: “Timoteo no solamente me formó para los trabajos, en lo profesional, el tipo te educaba en la vida”.

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Si hay alguien al que la muerte de Carlos Timoteo Griguol le dolió como si se tratara de un familiar es a Alberto Márcico. El Beto fue dirigido por Griguol en sus inicios en Ferro y en el final de su carrera, en Gimnasia y Esgrima La Plata. Hoy, recordó todo lo que aprendió a su lado: “Si hubiésemos tenido 15 o 20 Timoteos dando vuelta, estoy seguro que hoy tendríamos otra juventud, otra formación en la sociedad”.

Timoteo hizo debutar a Márcico el 6 de agosto de 1980 con una curiosidad: el Beto no había hecho las divisiones inferiores ni en Ferro ni en ningún otro club. “Yo era el pollo de Timoteo, compartí muchos momentos. Él fue mi mentor y yo un pollo de él”, recordó hoy en el programa Cómo te va, que conduce Marcelo Benedetto por Radio Colonia.

Márcico hizo especial hincapié en la capacidad formativa de Griguol, que hoy falleció a los 86 años, luego de estar muy grave durante varios meses: “Timoteo no solamente me formó para los trabajos, en lo profesional, sino que el tipo te educaba verdaderamente, te educaba en la vida. Era un tipo que se hacía transmitir con una personalidad terrible”. Y agregó: “Fue mi viejo futbolístico y yo perdí mi padre de muy joven, así que él me enseñó muchas cosas en la vida”.

Todos los jugadores a los que dirigió recuerdan los consejos de Timoteo. Quizás el más conocido es el evitar comprar un auto con los primeros ahorros. Márcico lo precisó: “Yo no tenía coche y tenía que ir a Pontevedra en colectivo y en una calle siempre me esperaba el viejo Timoteo con el coche, hasta que me compré mi auto”.

Pero no solo era un maestro para formar personas: también formó futbolistas. Y Márcico lo recordó con una imagen que no pudo sacarse nunca de la cabeza: “Yo me iba de Estancia Chica y veía cómo se quedaban Guli y el Pampa Sosa pateando tiro libres con Timoteo. Y pensaba: ‘¿Cuánto más los puede mejorar?’. Los dos terminaron jugando en Europa. El viejo Timoteo vio que los podía mejorar más y los mejoró”.
 

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