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Aunque su madre quería que fuese bailarina, a los 7 años “La Tigresa” Marcela Acuña ya se estaba calzando los guantes de la mano de Ramón Chaparro, quien luego sería su entrenador y también su marido. Actualmente, a los 34, consagrada como la pionera del boxeo femenino en la Argentina, la formoseña prepara su retiro definitivo del cuadrilátero y se declara lista para meterse de lleno en el “ring” de la política con un claro espejo: la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
“Hoy en día como mujer me reflejo en Cristina”, confiesa La Tigresa en una charla con 442. “Me identifico mucho porque mi carrera boxística fue muy parecida a la de ella: tener que sortear un montón de dificultades para llegar a lo máximo, que es ser campeona mundial”, asegura la formoseña, que ostenta los títulos supergallo del Consejo Mundial de Boxeo ( AMB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
Acuña tuvo que luchar mucho para ser una referente del boxeo. En realidad, sus primeras armas las hizo en el full-contact (boxeo con patadas) y a los 14 ya era campeona, pero de Artes Marciales. Luego de quedar embarazada y tener su primer hijo, volvió a los cuadriláteros, pero esta vez sí lo hizo como boxeadora. Comenzó con dos derrotas consecutivas: la primera contra su ídola, la estadounidense Christy Martin, y luego también cayó con Lucía Rijker. Pero el futuro le tenía preparadas horas gloriosas.
En 2000, después de mucho batallar contra los prejuicios y la discriminación, consiguió que le dieran la Licencia Nº1, con lo que se convirtió en la primera boxeadora profesional femenina del país. Ahora, con dos cinturones mundiales en su haber, tiene decidido enfocarse en la función pública. “Un deportista después de los 35 años se tiene que jubilar, pero en la política recién a esa edad empezás a pisar fuerte, a tener un poco de experiencia”, explica.
A pesar de su empatía con la Presidenta, la formoseña, que actualmente se desempeña como concejala por el Frente de la Victoria en el partido de Tres de Febrero y sueña con ser diputada, reconoce a Néstor Kirchner como su padrino político. “En realidad, mi abuelo fue el primer presidente del Partido Justicialista en la provincia de Formosa, quizás de ahí viene mi interés por la política”, aclara Acuña, quien luego cuenta el importante rol que tuvo en su vida el fallecido ex presidente.
“Gracias a Kirchner empecé a recorrer el país”, asegura La Tigresa. “Después llegó la oportunidad de que el intendente (Hugo) Curto me pusiera en su lista de concejales y empecé a ocupar una banca, pero en el trabajo social empecé en 2006 con Kirchner que me incentivó en esta idea de la política”, explica la pionera del boxeo femenino en nuestro país.
“Me pegó mucho su muerte”, confiesa Acuña, quien en la actualidad se encuentra incondicionalmente alineada junto a Cristina. A la Presidenta la define como una mujer “aguerrida, que no se va a dejar avasallar por nadie” y, entre risas, traza un paralelismo con su propia figura: “Cristina sería la Tigresa Acuña de la política”.
“Cristina va para adelante, va a atrapar a su presa y no deja que ningún otro animal entre a su territorio. Es lo que yo hago en el boxeo. ¿Por qué soy La Tigresa también? Porque nunca dejé que ningún otro felino entrase en mi territorio”, cuenta la formoseña, que apoya una eventual reelección de CFK. “Me encantaría tenerla nuevamente como presidenta desde 2011 a 2015, vamos a tratar de que así sea, pero la última palabra la tiene ella”, afirma.
Acuña cuenta que tiene “diálogo” con Cristina , aunque no de forma regular porque “últimamente ha estado muy ocupada”. Sin embargo, aclara que siempre la atiende “de buena manera” y ensaya una defensa del carácter de la mandataria: “A Cristina la tienen como una persona muy fría, pero ella es super amable y accesible, te da una confianza incondicional que hace que te sientas muy cómoda charlando con ella”.
“Nos hemos reunido por diferentes motivos y después terminamos hablando como cualquier otra mujer, de temas de dieta, gimnasia, más que nada es una charla amiga de mujer a mujer”, revela La Tigresa, quien niega tener sueños presidenciales, al menos por ahora. “Por ahí de acá a 20 años cuando esté más experimentada en esto”, desliza.
Acuña tenía pensado retirarse definitivamente en el Luna Park mañana ante la panameña Shantal Martínez, cuando pensaba buscar el título vacante de la OMB. Pero una lesión en una mano durante una sesión de guanteo postergó el adiós de la formoseña, que recién se despedirá en 2011 para ahí si meterse de lleno en la política.
(*) editor de 442
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