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Pese a jugar 60 minutos con un jugador más que su rival por la expulsión de Esteban Fuertes, San Lorenzo sólo empató 1-1 ante un conflictuado Colón, que se vio beneficiado en su gol por una situación tan curiosa como polémica al dejar seguir el árbitro la jugada pese a que el juez de línea levantaba su bandera, sancionando correctamente una posición adelantada de Gonzalo Higuaín.
Enzo Kalinski puso en ventaja a San Lorenzo a los 44 minutos del primer tiempo con un disparo que se desvió en un codo de Adrián Bastía y Ariel Garcé igualó a los 22 del complemento empujando la pelota ante la absoluta pasividad de toda la defensa local, que creyó que el juego estaba parado por el offside de Higuaín que el árbitro asistente marcara y que el juez Diego Abal no validó.
Si bien los defensores azulgranas debieron continuar participando de la jugada y no dejarse llevar por lo que el línea señalara, mucho mayor fue el error del árbitro, que al parecer interpretó como un pase el rechazo de Palomino que Higuaín tomó segundos después de advertir el línea su posición adelantada para enviar el centro que Garcé conectó sin oposición.
La especulación sobre la actitud tomada por el árbitro surge porque una circular de la AFA aclara que "si un jugador atacante se encuentra en posición de fuera de juego y recibe la pelota de un jugador defensor, quien juega la misma –teniendo un dominio completo del balón– y el atacante participa del juego; en ese caso no comete infracción a la Regla 11" o Regla del Offside.
En la misma circular, sin embargo, la Comisión de Árbitros aclara que "si en una jugada en donde un jugador atacante se encuentra previamente en posición de fuera de juego y un compañero envía la pelota, la misma rebota en un defensa y/o este intenta rechazar en un "pase fallido" (...)", el atacante "deberá ser sancionado por su posición previa, es decir se encuentra en FUERA DE JUEGO".
Luego del partido, la bronca de la hinchada local por la jugada que determinó el empate se tradujo en incidentes en la zona de vestuarios del Nuevo Gasómetro, a cuyo hall muchas personas que nada tenían que hacer allí ingresaron destrozando vidrios y puertas mientras entonaban cánticos contra el árbitro Diego Abal y la AFA.
Enseguida llegó la respuesta de la Policía, que intentando alejar a la muchedumbre de la zona de acceso a los vestuarios arrojó gases lacrimógenos.
De esta manera, San Lorenzo sigue en zona de Promoción y con sólo tres puntos de ventaja sobre Tigre en la tabla de promedios.
El primer tiempo fue todo del local, que se aprovechó de un Colón inanimado y monopolizó la tenencia de la pelota. Es cierto que el Ciclón no brilló, pero las apariciones intermitentes de Leandro Romagnoli y el buen trabajo de Ortigoza y Kalinski en el mediocampo le permitieron al equipo de Leonardo Madelón sacar ventajas frente a un rival que nunca encontró la manera de inquietarlo.
A los 7 avisó San Lorenzo, cuando Salgueiro conectó de volea un centro preciso de Martínez, pero su remate se fue apenas desviado por sobre el travesaño. Cuatro minutos más tarde, a los 11, Kalinski lo tuvo de cabeza luego de un tiro de esquina ejecutado por Salgueiro, pero la pelota también se fue por encima del horizontal.
También pudo ser a los 13, pero Salgueiro, luego de un grave error defensivo de Maximiliano Pellegrino, definió al cuerpo de Diego Pozo. La pelota dio en el arquero y se fue desviada.
El merecido gol del local llegó a los 38, cuando con un hombre más por la infantil expulsión de Esteban Fuertes, quien vio la roja por una golpe en la cara a José Luis Palomino, Kalinski probó desde fuera del área. La pelota se desvió en Bastía y descolocó a Pozo, quien nada pudo hacer para evitar la caída de su valla.
En la segunda etapa, y pese a tener un hombre menos, Colón intentó arrinconar a San Lorenzo, aunque con serias dificultades para quedar en posición de remate franco ante Champagne. Ya sin la misma convicción para atacar, San Lorenzo apostó por conservar la pelota, ante un rival que parecía no tener respuestas anímicas ni futbolísticas para torcer su derrota.
Sin embargo, la jugada de la polémica cambió el curso del juego a los 22 minutos. Con el partido igualado, Colón se replegó en su campo, mientras que San Lorenzo no encontró los caminos para doblegar a un Pozo que se erigió en la figura sabalera. Aunque de no haber sido por el árbitro Abal, de poco le hubiera servido seguramente a la visita la actuación de su arquero.
