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La heptatleta Jessica Ennis es la "chica del póster" de los Juegos de Londres, la que aparece en todos los carteles. Convertida en toda una celebridad, la británica tiene como contrapunto la enorme presión que recae sobre sus hombros: todo el Reino Unido quiere verla en lo más alto del podio.
"Participar en unos Juegos en casa es algo único. No sólo los periodistas deportivos quieren escribir sobre una, sino todo tipo de periodistas", declaró recientemente la atleta al diario de su ciudad, el Sheffield Star.
La fotogénica deportista está por todas partes, en la publicidad de una conocida marca de productos de belleza, en los anuncios oficiales de los Juegos y en las tapas de numerosas revistas, a través de las cuales el público británico ha podido enterarse de sus aficiones y sueños.
Ennis será incluso la primera imagen que numerosos visitantes tendrán de Inglaterra, antes de bajarse del avión, debido al gigantesco retrato pintado de ella en un terreno cercano al aeropuerto de Heathrow.
"Jess", de 26 años, tiene todo para gustar. Frente a las extravagancias de los futbolistas, presenta el perfil de la nuera ideal. A su futuro marido, un ejecutivo del sector de la construcción, lo eligió hace tiempo, tras conocerlo en la Universidad.
Criada en Sheffield en una familia pluriétnica -su padre es jamaicano y su madre inglesa-, se licenció en Psicología en la universidad local antes de dedicarse exclusivamente a las siete pruebas del heptatlón (100 metros vallas, salto de altura, salto de longitud, 200 metros, lanzamiento de bala, lanzamiento de jabalina y 800 metros).
También en este ámbito, su trayectoria ha tenido pocos obstáculos. El peor, la fractura por cansancio en el pie que le privó de Juegos Olímpicos en Beijing hace cuatro años.
Campeona de Europa júnior, Ennis progresó regularmente, bajo la batuta de su entrenador Toni Minichiello, que la sigue desde los 13 años, hasta proclamarse campeona del mundo en Berlín en 2009.
La británica recibió una advertencia el verano pasado en el mundial de Daegú, donde perdió su título ante su gran rival, Tatiana Chernova. Pero volvió a poner las cosas en orden en mayo en la reunión de Götzis al superar a la rusa, con además un récord del Reino Unido que estaba desde hace 12 años en posesión de Denise Lewis, la campeona olímpica de Sidney 2000.
Excelente en vallas (12.82) y en salto en largo (6,51 m), Ennis tiene todavía margen de progresión porque falló en salto en alto (1,85 m), su otro punto fuerte. Posee el récord británico con 1,95 m, una proeza para una atleta a la que durante tiempo apodaron "renacuajo" debido a su corta estatura (1,63 m).
Claramente dominada, Chernova aprovechó para subrayar el punto débil. "Si la gente sólo tiene ojos para una chica, será muy difícil para ella (en Londres). No sé lo que ocurre en su cabeza, pero todo el estadio querrá que logre un resultado. Toda la atención estará centrada en ella", declaró la rusa.
El clan Ennis asume la presión. La última entrada publicada por su entrenador en la página oficial de la atleta lleva por título: "Pressure". "Es esa cosa invisible que consume a un atleta cuando tiene que dar lo mejor de sí mismo", escribió Minichiello. De su capacidad para dominarla dependerá el destino de su protegida los próximos 3 y 4 de agosto.
(*) De la agencia AFP
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