sábado 27 de abril del 2024

River está contaminado

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A casi tres años de cumplir con su mandato, Daniel Alberto Passarella rompió el silencio y brindó un monólogo de menos de 6 minutos para ratificar al técnico Matías Almeyda.

Durante el mandato de Passarella, River no solamente no obtuvo ningún torneo local, sino que tuvo que afrontar un año en la B Nacional. Bajo la gestión del Kaiser, se incorporaron 30 jugadores: Rodrigo Rojas, Juan Manuel Díaz, Alexis Ferrero y Gustavo Canales para el Clausura 2010; Jonathan Maidana, Carlos Arano, Leandro Caruso, Josepmir Ballon, Walter Acevedo, Juan Pablo Carrizo, Mariano Pavone, Adalberto Román y Luciano Abecasis para el Apertura 2010.

Para el Clausura 2011 –último torneo de River Plate en Primera División en forma consecutiva- sólo se incorporo a Fabian Bordagaray.

Para afrontar la B Nacional, se incorporaron Martín Aguirre, Carlos Sánchez, Agustín Alayes, Fernando Cavenaghi, Alejandro Domínguez, Luciano Vella, César González, Cristian Ledesma para la primera ronda y David Trezeguet y Leonardo Ponzio para la segunda.

Para la vuelta a Primera, llegaron Gabriel Mercado, Jonathan Bottinelli, Carlos Luna, Rodrigo Mora, Marcelo Barovero y Juan Carlos Lezcano.

De los 30 sólo permanecen en el plantel 15, demostrando la falta de una base y de una continuidad para ganar cosas importantes.

Asimismo la mayoría de las incorporaciones llegaron a préstamo, como jugadores libres o se compró parte del pase, como el caso de Ponzio por un millón de dólares, el 60% de Botinelli por casi dos millones de dólares, el 70% de Canales por más de 1 millón de dólares, el 80% de Gabriel Mercado por 850 000 dólares, el 100% de Juan Manuel Diaz por un millón y medio de dólares y el caso más polémico y escandaloso: Adalberto Román por 3 millones y medio de dólares.

Respecto a las desvinculaciones, River embolsó más de 30 millones de euros, al desprenderse de Lucas Ocampos, Diego Buonanotte, Erik Lamela y Roberto Pereyra.

A pesar de esta enorme cantidad de ingresos, sumado a los más de 60 millones de pesos que percibe por la cuota de asociados, publicidad, ingreso por formación y televisión, River no logra mejorar sus finanzas y sus problemas económicos se pueden palpar viendo el cartel que se encuentra de cara a la Lugones que tiene una banda anaranjada en vez de roja.

Sus socios sufren partido a partido –no sólo por el juego que brinda el plantel profesional – sino por los canjes, F5, retiro de entradas, copia de D.N.I.,número de reserva y los sucesivos aumentos de cuota que superan largamente la inflación denunciada por la oposición en el Congreso y por consultores privados.

River está contaminado en todo sentido. El importe pagado por Gabriel Mercado, Adalberto Román y Jonathan Botinelli, las crueles salidas de Alejandro Domínguez y Fernando Cavenaghi, las publicaciones de sus ingresos, la soberbia, la falta de rendición de cuentas y de transparencia marcan el estado de situación que tiene River hoy.

En lo institucional, las continuas suspensiones de reuniones de Comisión Directiva, la falta de diálogo con la oposición, la pérdida de juicios laborales y los reclamos legales mal hechos contra la administración anterior repercuten en el partido del domingo.

River no puede regalar más tiempo: hace cuatro años que no gana un campeonato local y hace 15 que no conquista un título internacional.

River es el equipo más ganador de la Argentina con 33 campeonatos y con una ventaja fenomenal sobre su perseguidor -que tiene 24-, cuando en el año 1975 estaban empatados 12 a 12.

Todo depende de que combata contra la contaminación, que haya transparencia, que se limpie la corrupción, que haya políticas claras y una política comunicacional coherente y clara con el socio. De lo contrario, las consecuencias lo llevaran a River a combatir una vez en el  peor de los terrenos: en el de la lucha por la permanencia.

(*) autor del libro "La caída de River"

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