domingo 28 de abril del 2024

Un torneo sin favoritos

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Si se hiciera una votación popular para elegir a los equipos con más chances de ganar el torneo Final que comenzará el próximo 9 de febrero, seguramente River y Boca se ubicarían en los dos primeros lugares. Sin embargo, no habría ninguna razón demasiado fundamentada para que los dos clubes más populares del país ocupen esos puestos, salvo el hecho de la masividad de sus hinchas y los deseos de ellos de ganar un título.

Porque realmente, la versión 2013 del equipo que vuelve a dirigir Carlos Bianchi tras ocho años no parece estar tan cerca de ser el favorito. Perdió a una columna defensiva como Rolando Schiavi y se quedó sin Juan Román Riquelme, tal vez definitivamente. El refuerzo de Juan Manuel Martínez le puede aportar potencia ofensiva y entendimiento con el uruguayo Silva, aunque está por verse si Claudio Pérez y Ribair Rodríguez pueden desempeñarse con la eficiencia y rudeza con que lo hicieron en Belgrano.

Está claro que el objetivo principal será la Copa Libertadores y allí apuntará Boca con todo lo que tiene. Por esa razón, sus chances en el torneo Final disminuyen. Distinto es el caso de River, bajo la renovada versión de Ramón Díaz, con apenas la incorporación de un lateral volante zurdo como Vangioni, ex Newell’s. El cuadro millonario redondeó 29 puntos y necesitará 21 para zafar de cualquier problema, algo que logrará.

Su juego no entusiasma demasiado y si bien jugará un único campeonato, no parece ser un equipo sólido y confiable aún, pese a la gran dosis de optimismo que ha traído el riojano más querido. River, por ahora, es esperanza, ilusión y portación de un pasado brillante. Lo mismo que Independiente, necesitado de sumar para escaparle al drama de bajar de categoría. Reforzado con Montenegro, el esfuerzo del técnico Gallego se centrará en mejorar el juego defensivo, uno de los puntos flojos del popular cuadro de Avellaneda. Sumar y sumar lo alejará del cadalso, pero de ahí a pelear el título hay un gran trecho.

El último campeón es Vélez, que ganó en buena forma el torneo Inicial y ahora se centrará totalmente en resolver esa asignatura pendiente que ha sido la Copa Libertadores durante el nuevo siglo XXI. Sin agregados, con un juego afiatado y un plantel motivado, será candidato en el continente, pero difícilmente pueda sostener dos torneos bien arriba. Gareca lo sabe bien.

En cambio, el título será el objetivo de Racing y de San Lorenzo, también de Lanús. El club de Avellaneda dependerá del alejamiento o no de sus figuritas (Vietto, Centurión y Fariña), de que el otrora goleador Sand consiga retomar su mejor forma y que los veteranos ayuden, para pelear con alguna posibilidad. En Boedo le rezan a Coloccini y siguen buscando un delantero que no aparece para acompañar a Stracqualursi.

Lanús está armado, tranquilo, confiado. Sin jugar la Copa, podrá intentar el zarpazo, pero sin un goleador será difícil, casi imposible. Lo suyo debería ser la clasificación para un torneo internacional, algo que seguramente perseguirán Newell’s Old Boys, otro que regresará a la Copa Libertadores y distraerá esfuerzos y también Estudiantes, ocupado en restaurar brillos de otros tiempos no tan lejanos. Puntos para salvarse del descenso necesitarán Unión (muchos), Quilmes (si emigra Cauteruccio perderá el 50% de sus posibilidades) y los sanjuaninos de San Martín, lo mismo que el irregular Atlético de Rafaela y el antes estable All Boys, con Pepe Romero vigente pero sin su goleador Matos.

Se espera una medianía de Godoy Cruz, de Argentinos Juniors y también de Colón, tres equipos que amenazan, logran algún éxito resonante y vuelven a caer para levantarse y tropezar de nuevo. Quizá sea el momento de que Belgrano de Córdoba planifique un crecimiento mayor, aunque no ha contratado refuerzos y sus objetivos son más modestos. Tigre luchará por sumar y mejorar el futuro promedio mientras saborea lo que significa jugar una Copa Libertadores; en tanto que Arsenal tiene la histórica chance de participar allí y redondear un ciclo inmejorable.

La verdad que no hay uno ni dos candidatos que le saquen luz al resto. Algunos por falta de jerarquía en su plantel, otros porque estarán atendiendo la Copa Libertadores, otros porque pelearán por no descender. A priori, un fútbol parejo y mediocre. Donde las ilusiones pueden darle de comer a todos. Incluso al periodismo deportivo.