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El equipo argentino de Copa Davis contó con el apoyo de más de ciento cincuenta hinchas que, como buenos fanáticos, alentaron durante los dos partidos de la serie, aunque el calor de las tribunas no alcanzó para torcer un resultado tan duro como previsible.
Los checos, por su parte, vivieron el espectáculo como espectadores de un recital, preocupados por tener su cerveza y algo para comer, y sólo un reducido grupo de ellos hacía ruido con unos globos alargados que repartió la organización.
Desde muy temprano los argentinos que se acercaron al O2 Arena vivieron el inicio de la eliminatoria como una verdadera fiesta, ansiosos por saber si finalmente el equipo capitaneado por Martín Jaite lograría lo que se presumía casi imposible.
Finalmente, los resultados fueron lógicos, Juan Mónaco perdió ante el experimentado Radek Stepanek, mientras que el correntino Leonardo Mayer sorprendió al poner en aprietos a Tomas Berdych, la gran figura local, pero cayó en cuatro sets y los hinchas argentinos se quedaron sin el batacazo que soñaban.
Fueron pocos pero muy ruidosos, acompañados por banderas de La Plata, Lobos, Córdoba, Buenos Aires, Cañada de Gómez (Santa Fe) y otros puntos del país.
Fuente: DyN
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