sábado 27 de abril del 2024

Argentina no juega pensando en Leo

El problema de la Selección es que nunca valora que tiene a Messi cuando sale a jugar. Cuando las cosas se complican, exigen un milagro de su parte. El análisis de su descubridor.

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Ha acabado la Copa América, que ha dejado mucha más emoción que fútbol. Menos para los chilenos -claro está- el torneo ha sido una decepción. Este Brasil no tenía ninguna opción, y menos sin Neymar. A la final llegaron los que tenían que llegar, los favoritos: Chile porque es, sobre todo, un buen equipo y además era el anfitrión y Argentina, pese a haber sido otra vez una cita de individualidades. Se han visto pocos goles y mucha dureza, incluso violencia.

Eso contrasta con el fútbol europeo actual, donde las figuras están más protegidas y por eso tienen ocasión de lucir. Allí no, y eso es algo que se ha visto durante toda la competición, con los mejores jugadores como grandes perjudicados. Y no sólo Messi, también ha pasado con Neymar y con muchos otros cracks. ¿Quién ha visto brillar a Agüero? ¿o a Tevez? ¿Y Cavani?... Todo, en general, recordaba al fútbol de hace 20 o 30 años, con marcajes al hombre, un árbitro espectador y aquel viejo latiguillo que allí se permite seguir aplicando mucho más que aquí: “Si pasa el balón, no pasa el hombre”.

No es normal que lleguen cuatro o cinco ‘pichichis’ de las grandes Ligas europeas y no hagan goles.

Hay que decir que esa alta agresividad tolerada convierte a la mayoría de selecciones en equipos competitivos, pero la mala consecuencia es que los buenos futbolistas, con tanta brusquedad, acaban jugando cohibidos, con miedo, aunque sea inconscientemente.

Ahora le están cayendo todos los palos a Messi en su país. Tras la final que ganó Chile en los penaltis a Argentina, han reaparecido los pro-Maradona como arma contra Messi. El problema de la selección albiceleste es que nunca piensa que tiene a Leo cuando sale a jugar. Sólo al final, cuando las cosas no van, exigen de él que haga un milagro. No es normal que lleguen cuatro o cinco ‘pichichis’ de las grandes Ligas europeas y no hagan goles.

Argentina no arreglará sus defectos hasta que entienda que debe actuar como un equipo en el que tiene la suerte de tener a Messi. Hasta ahora, todos quieren enseñarse a sí mismos y no enseñar al bloque. Todos, menos Mascherano. Así, el Kun piensa “soy bueno”, Higuaín (“soy bueno”), Tevez (“soy bueno”), Pastore (“soy bueno”), Di María (“soy bueno”)... y Argentina nunca encuentra el equilibrio. Tiene a cinco o seis de los mejores delanteros del mundo y por eso los convoca a todos y juegan a veces en el centro del campo, ya que no caben arriba.

Quizás deberían sacrificar a alguno en beneficio de otro futbolista que ayude a hacer equipo. La consecuencia es que Messi vive en Argentina justo lo contrario que en el Barça: en el Camp Nou se habla de “Messidependencia” porque el equipo está buscando siempre a Leo, mientras en su selección le llega el balón de pascuas a ramos, como un jugador más. El ejemplo es que en el peor partido de Messi en el Barça toca la pelota al menos 60 veces y en el mejor partido con Argentina ¿cuántas veces? 20, 25, como mucho.

*Entrenador. Decidió que el Barcelona contratara a Messi en 2000.

Artículo publicado en el diario catalán Mundo Deportivo.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.