Periodista
En una alegoría veraniega de las que suelen hacerse en esta época, un dirigente del fútbol argentino definió al enero que está terminando como “un mar de operaciones”. No se refería a algunos curiosos rumores del mercado de pases, siempre atizado por las incidencias de determinados periodistas y representantes, sino a uno de los temas que más desvela a las personas que conducen el negocio de la pelota en el país: la propiedad de los derechos de televisación, un objeto en disputa que por ahora permanece en manos de Disney y Turner.
Luego de que el 1º de enero el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, anunciara la extensión del contrato con Disney hasta 2030, y con eso un incremento de 45 millones de dólares como “valor llave” y el cese del litigio judicial originado tras la rescisión unilateral de octubre, el tironeo por los derechos empezó a tensarse ya no solo en Viamonte 1366 y en las oficinas de la Liga Profesional en Puerto Madero, sino también en algunas áreas del Estado y de otras empresas que intentaban aterrizar en el negocio.
#Institucional Comunicado de la Asociación del Fútbol Argentino sobre los derechos audiovisuales nacionales.
— AFA (@afa) January 27, 2021
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La oferta concreta que realizó Telecentro, del Grupo Pierri, publicada por el sitio ElDiarioAR.com, más una serie de informaciones y contrainformaciones que salían desde la Casa Rosada y otras oficinas empresariales, hicieron que el miércoles la AFA emitiera un comunicado en el que aludía cómo y por qué había aceptado la nueva propuesta de Disney (FSLA Holding).
“Habiendo analizado las propuestas y puestas a consideración del Comité Ejecutivo, éste aprobó por unanimidad la carta oferta presentada por la firma FSLA HOLDING LLC, y por lo tanto rechazó la presentada por TELECENTRO S.A., en virtud de ser la primera más conveniente económicamente para AFA, además de otorgar el desistimiento de la acción y el derecho en relación a los litigios judiciales”, dice el comunicado en su cuarto párrafo.
En la AFA le reconocen a PERFIL que los enojos públicos y la sucesión de publicaciones en torno a esta situación motivaron esta carta, a la que en el tercer piso de Viamonte 1366 definen como “una explicación oficial de la verdad”.
La sinuosa y zigzagueante relación de Tapia con Tinelli asoma como otro de los motivos del texto. Cada uno desde su rol –presidente de AFA, presidente de la Liga Profesional– apostó a empresas distintas, lo que generó ganadores y perdedores. Con ese comunicado intentaron suavizar esas diferencias que siempre vuelven como un loop.
Hay un dato que podría aclarar todo, pero que curiosamente la AFA no lo precisó en el comunicado: la cotización del dólar. La semana pasada Disney pagó los primeros 30 millones de dólares (los otros 15 se pagarán en julio) en bonos que se convirtieron al tipo de cambio CCL (contado con liquidación). Las dudas sobre cómo hubiese pagado Telecentro son deslizadas por quienes desestimaron la propuesta firmada por Alberto Pierri, el empresario y ex presidente de la Cámara de Diputados durante el menemismo, ahora enojado y disparando para todos lados en busca de desentrañar la traición.
¿Qué fallará la Comisión de Defensa de la Competencia sobre la fusión Fox-Disney?
Más allá del comunicado, de la intentona de Telecentro y del amague de otras empresas que quisieron o quieren morder la manzana –en julio de 2020, PERFIL publicó sobre los sondeos de los Grupo Pierri, Clarín, América e Indalo, además del monitoreo que ejercía el Gobierno ante las dudas sobre el futuro de Disney–, lo que queda ahora excede a la AFA y al fútbol argentino, y está sujeto a lo que decida la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia sobre la posición dominante de la multinacional del Ratón Mickey en el mercado deportivo de TV, luego de la fusión global de ESPN y FOX.
¿Qué sucederá? Nadie lo tiene muy claro. Y eso sucede –entre varias razones– porque desde el Gobierno, como en tantos otros temas, no hay un discurso único. “Sinceramente nos dicen cosas distintas”, le remarca a este medio uno de los dirigentes con más poder en AFA y quien lleva negociaciones con las empresas televisivas.
Las tres líneas del Frente de Todos tienen su representación en el ecosistema del fútbol argentino. Alberto Fernández siempre tuvo un pie allí por su amistad con Luis Segura, de quien fue su jefe de campaña en las fallidas elecciones 38-38. El presidente ahora descansa en algunos ministros y en su buena relación con Marcelo Tinelli. Acaso esa relación podría explicar, en alguna medida, los dardos que el conductor televisivo y presidente de San Lorenzo le lanzó a Disney en estas semanas: cuando en un sector del Gobierno recuerdan la simpatía del presidente de Walt Disney Company Latinoamérica, Diego Lerner, con el macrismo, todo parece romperse.
Desde el sector de Máximo Kirchner –que tiene como espada a Santiago Carreras, dirigente de Boca y gerente de Relaciones Institucionales de YPF– se enfocan en un objetivo: los tres, cuatro o cinco partidos abiertos por la Televisión Pública. Un Fútbol para Todos light, acaso un clima de época, que persiguen desde el año pasado.
A su vez, Sergio Massa –cuyos lugartenientes son Pablo Toviggino, el poderoso ladero de Tapia, y Nicolás Russo, el presidente de Lanús y diputado provincial por su espacio– promueve, a su manera, que todo siga como hasta ahora.
Las visiones se contraponen. Y lo más llamativo es que las tres líneas del Gobierno no coinciden en el diagnóstico sobre la fusión FOX-ESPN.
“Es una compra mundial y cada Estado regula con su visión sobre si es monopólica o no. A quien se quede con los derechos le pediremos la posibilidad de tener partidos. Todo lo demás es desinformación”, dice una. “A la AFA no le cambia nada que le aprueben o no la fusión”, se desentiende otra.
Las empresas también mueven sus fichas, a veces de manera más sigilosa que con programas incendiarios. En Disney reconocen que puede haber una discusión sobre la fusión FOX-ESPN (de hecho eso sucedió en Brasil, México y Estados Unidos), pero que no involucra al fútbol premium, “porque ahí hay dos actores y está repartido cincuenta y cincuenta”. Misteriosamente, aseguran que en 30 días habrá alguna novedad en ese sentido.
Del otro lado, disuadidos por aquel encuentro entre las casas matrices en Estados Unidos que generó la supuesta intención de correr a Disney y quedarse con el 100% de los derechos del fútbol en el sur del continente, los directivos de Turner intentan eludir el conflicto y pensar en el negocio real, ya no en el hipotético, al que alguna vez compararon con comprar un auto robado.
Por eso llaman a la calma. “Todo esto es ruido que no aporta”, alegan en Turner sobre las idas y vueltas del verano, y piden una mínima previsibilidad sobre cómo serán los torneos de acá al futuro: en definitiva, los números del negocio cierran mejor cuando se saben cuestiones mínimas que los dirigentes nunca pudieron resolver: cómo serán los torneos y cuántos partidos se jugarán.
Las dos partes del negocio –“un matrimonio por conveniencia”, como lo definieron allá por 2017– coinciden en algo: a veces quedan presas de las disputas internas dentro de la AFA. Algo que, se resignan, difícilmente cambie.
