¿Pero este pibe de dónde salió? ¿Alguien lo tenía en el radar? Hace años, décadas que en la Selección no se veía un arquero tan completo. Este pibe es seguro en los centros, sólido bajo los tres palos, sabe jugar con los pies y cuando necesitás que se convierta en héroe el tipo va, ataja tres penales y te deja en la final de la Copa América. Que alguien explique de dónde salió el Dibu Martínez, por el amor de Dios.
Hay un lugar y una fecha que explican todo. Estadio Nacional de Abuja, Nigeria, 1º de junio de 2011. Ese día la Selección juega un amistoso y Sergio Batista arma un equipo alternativo para enfrentar a los nigerianos. En uno de los últimos entrenamientos Oscar Ustari se rompe los ligamentos, entonces el Checho convoca a Damián Martínez, un juvenil de 19 años al que le dicen Dibu. Ese día, el pibe sale entre los suplentes, porque el arquero titular fue Adrián Gabbarini.
Recapitulemos: Ustari, Gabbarini, Martínez. Ahí está la clave. Los tres surgieron de las inferiores de Independiente, los tres fueron formados por el legendario Miguel Angel Santoro. ¿De dónde salió entonces este superhéroe que deslumbró ante Colombia? De ahí, de ese laboratorio de grandes arqueros que había montado Pepé en el predio de Villa Domínico.
Durante su paso por las inferiores del Rojo, Dibu Martínez generó un gran vínculo con Lucas Molina y Emiliano Molina. Hasta que ocurrieron dos tragedias: Lucas falleció de muerte súbita el 28 de noviembre de 2004 y seis meses después Emiliano perdió la vida en un accidente en el Puente Pueyrredón. Desde entonces, Dibu suele decir: “En el arco somos tres”.
El Dibu llega a Independiente
En “Alerta rojo”, el libro de los hermanos Panqui y Pedro Molina que expone el trabajo que hicieron en las inferiores de Independiente durante los últimos 15 años, se describe la llegada de Dibu Martínez a las juveniles del Rojo.
“Su caso es excepcional en todo el sentido de la palabra -anuncia el libro-. Llegó de Mar del Plata con edad de Novena División y generó asombro entre los arqueros más grandes que formaban parte del grupo. Uno de ellos recuerda que no podía saltar las vallas ni hacer flexiones de brazos. Lo apodaron Dibu porque parecía un dibujito. A Santoro lo cargaban y le preguntaban en chiste: “¿Cuánta plata te dio el padre?”. Era muy chico de contextura, pero Pepé había reparado en un detalle: tenía pies muy grandes. Hoy mide 1,93.”
Un par de años después Dibu Martínez la rompió en el Sudamericano Sub 17 que se disputó en Chile. Ahí fue donde lo descubrieron ojeadores del Arsenal. “¿De Sarandí?”, se sorprendió el arquero, ingenuo, cuando le avisaron que había un club interesado en llevárselo. Era, por supuesto, el Arsenal de Inglaterra.
En ese 2009 en Independiente sobraban los arqueros, entonces los dirigentes avanzaron con la negociación. No hubo reparos en desprenderse de un pibe de 17 años que todavía no había debutado en Primera.
“Yo lo llevé a Inglaterra y estuvimos 10 días haciendo la evaluación. No le extrañó el trabajo porque era el mismo que hacíamos acá. Lo aprobaron enseguida”, recuerda Pepé Santoro, el hacedor.
La venta del Dibu en abril de 2009, durante la presidencia de Julio Comparada, representó en ese momento un ingreso al club de 650 mil euros, que por algunas cláusulas de pagos posteriores se convirtieron en más de dos millones.
El secreto mejor guardado
Durante su paso por las inferiores del Rojo, Dibu Martínez generó un gran vínculo con sus compañeros. En especial, con Lucas Molina y Emiliano Molina. Los tres eran arqueros, los tres eran productos de la fábrica Pepé Santoro.
Hasta que ocurrieron dos tragedias: Lucas falleció de muerte súbita el 28 de noviembre de 2004 y seis meses después Emiliano perdió la vida en un accidente en el Puente Pueyrredón. Desde entonces, Dibu suele decir: “En el arco somos tres”.
No sería un despropósito, entonces, imaginar que en la noche del martes ante Colombia, en la jornada más gloriosa de la carrera del Dibu, hayan atajado un penal cada uno.