miércoles 04 de diciembre del 2024
Mundo Boca

Un ex Boca prendió el ventilador y liquidó a Soldano, Orion y Schiavi

Jonathan Chmea tiene 24 años pero ya se retiró del fútbol profesional. Como ex jugador, habló sin cassette y no se salvó nadie. Video.

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Jonathan Chmea es un nombre desconocido para la mayoría de los futboleros pero para los que viven el día a día de Boca es otro de los tantos delanteros que no pudieron consolidarse en Primera aunque en su caso ese revés significó su alejamiento del fútbol profesional sin haber debutado pese a sí ser suplente en un partido con Rodolfo Arruabarrena como técnico en 2014.

"Vendo telas en Flores. Durante los entrenamientos vendía termos a los jugadores, vendía guantes cuando hacía frío. Ya me decían 'este pibe es comerciante'", recuerda entre risas en una divertida entrevista con Doble Mérito donde hizo todo lo contrario a lo que suelen hacer los futbolistas, habló sin cassette y disparó para todos lados.

Sobre lo complicado que resulta históricamente para los jugadores de las inferiores de Boca consolidarse en el primer equipo, Chmea contó: "Para un delantero siempre es más difícil porque te traen un consagrado. Todavía no entiendo cómo trajeron al perro ese de Soldano. Juega mi bebé de 9 y hace más ruido", lanzó sin anestesia al opinar sobre uno de los más discutidos del plantel actual.

Y siguió: "Es un león de jardín igual que Gonzalo Castellani, la rompen en los entrenamientos y en los partidos no pasa nada. A Castellani lo veía entrenar y decías 'este es el nuevo Riquelme'. Es un jugadorazo pero en los partidos no demostraba. Pasa que en los entrenamientos hay un código implícito de jugar más suave porque nadie se quiere romper y ahí él se destacaba. Pero muchas veces hay jugadores sin códigos como Orion cuando le dio una patada a Paredes, un mala leche. Eso sabés cómo te marca en el vestuario, después no te quiere nadie".

Pero eso no fue todo, distendido y sin pelos en la lengua también se metió con una gloria del club: "Después de ir al banco de Primera, me bajaron a Reserva y tuve de técnico al Flaco Schiavi, quien para ser una estrella del club trataba a los pibes con un poco de soberbia. Nosotros éramos pichis y él era un monumento viviente. No me gustaba el trato aunque tampoco yo era Palermo. Ya eso no me gustaba y en el medio me operaron de los meniscos y volver al ruedo se me hizo muy complicado y entre una cosa y otra, terminé largando", explicó los motivos por los que no siguió intentando.

"Tenía ofertas para jugar en otros clubes y en otras categorías como de la B de Portugal. Qué sé yo, tenés que ser Messi para ir ahí, destacarte y que después te compre el Porto o el Benfica. Para mí era Boca o que se vaya todo a la concha de su hermana, no quería saber nada. Mi pasión no era el fútbol, era Boca", cerró

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