Periodista
En medio del torbellino de noticias, angustias y dolor por la muerte de Diego Maradona, esta semana Marcelo Gallardo dijo algo que pasó inadvertido. Quizás en otro momento hubiese propiciado un debate, pero la estela dolorosa que generó el fallecimiento de Diego eclipsó todo. El técnico de River intentó poner en palabras una sensación que tienen él, muchos de los técnicos y jugadores, y que en estos meses sobrevuela en casi todos los hinchas que ven los partidos por televisión: lo jodido que está el fútbol argentino.
Gallardo habló de “una decadencia total” y se refirió al nivel de esta Copa de la Liga Profesional: “Un fútbol bastante chato, en el que no se juega por nada y aún así es chato”. Sin embargo, sus declaraciones quedaron ahí, como una crítica más, una moneda tirada al aire de un país que lloraba la muerte de su ídolo.
Se está jugando la sexta fecha de la Copa de la Liga y cuatro de los cinco clubes grandes no juegan por nada: River, San Lorenzo e Independiente ya están clasificados y Racing ya está eliminado. Boca es el único que decide su futuro por estas horas.
Pero si este formato de emergencia no ayuda, lo más grave es el nivel expuesto en estas semanas: no hay buen juego, pero ni siquiera hay audacia y sagacidad, algunas de las virtudes que se podrían esperar de un torneo casi preparatorio, sin descensos y sin miedo a perder nada (porque no hay casi nada en juego). En palabras de Gallardo: “No se ven partidos entretenidos, se están viendo partidos feos, en un contexto también feo porque no hay público y en unas canchas que no son del todo agradables a la vista”.
Podríamos preguntarnos, como alguna vez se preguntó Vargas Llosa sobre Perú en su libro Conversación en La Catedral, cuándo se jodió el fútbol argentino -o el campeonato argentino- y no habría un hito que reúna unanimidad. Muchos podrán decir que con el torneo de 30 equipos, el último legado de Julio Grondona; otros dirán que hace cinco años, el día del 38 a 38; algunos asegurarán que con la creación o con el fin de la Superliga. Fuera cual fuera la génesis del desastre, el presente del torneo doméstico es una invitación a repensar todo, sobre todo el futuro inmediato.
¿Qué torneo se jugará en 2021, cuando nos asomemos a una nueva-vieja normalidad? Algunos dirigentes de la AFA y la Liga evalúan otro torneo corto entre febrero y marzo, para iniciar el campeonato largo con 26 equipos antes de la Copa América. Nada está decidido y todo puede cambiar, obvio. Pero, quizás, lo primero para volver a un nivel digno en los torneos locales sea consolidar un formato, no cambiar todo todos los años. En este contexto puede parecer revolucionario, pero hasta hace algunos años, en Argentina había 20 equipos y se jugaban dos torneos a 19 fechas. ¿Si al menos volvemos a tener esa certeza?