jueves 02 de mayo del 2024

En coches aún no hay esperanzas

Desde que el Rally Dakar se hace en Sudamérica, Argentina mostró cada vez más participantes; sin embargo, sólo se lució en cuatriciclos.

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Hasta el año 2009, el Dakar era una competencia que no tenía repercusión en la Argentina. Mientras Marcos y Alejandro Patronelli eran dos pibes que la rompían en las competencias de motocross nacionales y sin relevancia a nivel nacional, el único que ya había participado era Orly Terranova, que tuvo la posibilidad de estar en el desierto africano arriba de una moto.

Pero con la llegada del evento a Sudamérica muchos comenzaron a vivirlo con pasión. El cambio fue ese 1º de enero de 2009. Los argentinos comenzaron a fanatizarse y los 13 pilotos nacionales se hicieron reconocidos en todo el país.

Sólo un buen resultado. En 2009, el nombre de Marcos Patronelli pasó a ser una marca nacional. El día anterior al descanso, Loquillo se convirtió en el primer argentino en ganar una etapa de un Dakar. Fue justo en el cruce a Chile y muchos llegaron a compararlo con San Martín. Finalmente, Marcos terminó segundo y fue tapa de todos los diarios. Al año siguiente él y su hermano Alejandro se hicieron dueños de la categoría. Los cuatriciclos es la categoría más joven y se creó cuando el Dakar llegó a Sudamérica. Ahí, los argentinos son los principales protagonistas.

En motos, la cantidad de competidores argentinos creció, pero los resultados no variaron demasiado. “El objetivo que tenemos todos los pilotos amateurs es llegar al final. No nos importa el puesto, el objetivo es llegar. No somos profesionales que vivimos de esto. Somos fanáticos de las motos y del Dakar que tenemos el lujo de poder ser parte de esta aventura. Jamás vamos a poder pelear arriba”, cuenta Eduardo Alan, el argentino que disputó todas los Dakar que se corrieron en el país.

Sólo existe un caso de un piloto argentino profesional: Javier Pizzolito. Recién este año, después de un año de experiencia, el pinamerense dejó de ser amateur y arrancó bien: en la primera etapa llegó segundo. “Este año vamos a luchar por estar entre los diez primeros. Ese es el objetivo. Después, la idea es ir creciendo de a poco para poder pelear arriba. No es fácil, pero quiero poder cumplir con ese objetivo”, explicó Pizzolito, que 2011 terminó en el puesto 19.

En autos, la situación es parecida. Sólo Orly Terranova y Lucio Alvarez tienen la experiencia y la máquina para poder luchar por estar entre los diez primeros. Eso sí, de pelear por el podio, ni hablar. “Los que corren por el título viven de esto.

Las empresas les pagan para dedicarse al rally y marcan la diferencia. Es muy difícil poder pelear una especial. Tienen toda una estructura que los ayuda y la experiencia de tener más de diez Dakar encima”, contaba Alvarez antes del comienzo del rally.

Va a pasar mucho tiempo para que un argentino tenga chances de luchar arriba en las categorías más importantes e históricas del Dakar. Las empresas que auspician a los pilotos de primera línea no tienen en la mira a ningún argentino y, además, a la mayoría de ellos nos les interesa pelear por el primer lugar. Es más, ya se rumorea que el año próximo los Patronelli no estarán en el Dakar.

“Todos trabajamos durante el año y tenemos obligaciones laborales. No tenemos tiempo para ir a competencias en el exterior y sólo nos conformamos con llegar. Sabemos que tener ese trofeo chiquito del Dakar es todo un logro y eso es lo que cuenta”, concluye el motociclista Pablo Busin.

El número de participantes nacionales creció y el Dakar ya es una costumbre de principio de año. Pero para soñar con un ganador en motos o autos, habrá que esperar.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil