Ante la atenta mirada de 28 mil personas, Juan Mónaco tendrá mañana el desafío buscar el primer punto para la Argentina en la final de la Copa Davis que se jugará en el estadio Olímpico de La Cartuja, en Sevilla, y lo tendrá que hacer nada menos que con Rafael Nadal, número dos en el ranking mundial. “Le tocó bailar con la más dura”, dice el extenista Mariano Zabaleta, co-entrenador del tandilense junto a José Clavet.
“Mañana va a ser un partido durísimo. Obviamente que le tengo fe porque sé como terminó jugando el año. Pero le tocó bailar con la mas dura: jugar contra Nadal, quien nunca perdió un partido de Copa Davis en polvo de ladrillo en España. No es fácil cortar esa racha. Jugar a cinco sets con Nadal es una exigencia física y mental muy grande porque es el número uno del mundo en polvo de ladrillo de los últimos siete u ocho años”, explica Zabaleta en diálogo con 442.
Lo fundamental de cara al choque contra el español, analiza el extenista, es el buen año que tuvo Juan y el avance tanto tenístico como mental que vivió los últimos meses. “Creo que Mónaco llega de la mejor manera. Con mucha confianza, jugando muy bien, ganando partidos, que es lo más difícil a este nivel. Y llegar de esa manera es lo mejor que te puede pasar. Después que en el partido puedas plasmar eso no te lo garantiza nadie, y menos contra Nadal. Pero está bueno llegar con confianza y jugando bien”.
Si bien no viajó a Sevilla, Mariano trabajó con Pico antes de la partida del equipo de Modesto Vázquez a España y ahora se comunican seguido por teléfono. Sin embargo, en ningún momento hablaron de estrategias ante la chance de protagonizar el singles del primer día contra Rafa. “Juan lo conoce mucho, son muy amigos, él sabe lo que tiene que hacer dentro de la cancha. Por ahí vamos a hablar un poquito del partido, pero no hay mucho misterio. A Nadal lo conocemos bastante. Pico tiene que focalizarse en su juego y ver qué posibilidades tiene el día del partido de desarrollarlo al máximo”.
Como extenista, Zabaleta cuenta que jugar la Copa Davis es muy especial. “Es lo máximo a lo que puede aspirar un jugador. Estar ante una oportunidad increíble de disfrutar una final contra España con tanta gente es lo más, lo mejor que le puede pasar a un tenista argentino. Y obviamente no sé lo que es ganarla pero me imagino que debe ser lo máximo”.
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