viernes 26 de abril del 2024

De nada sirve morir

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Holanda y España han llegado a la final de esta Copa del mundo y ninguno de los dos ha “muerto” en el intento. Es más, ninguno de los dos “ha puesto todo”, ni dejaron la piel en la cancha; tampoco lo han hecho Alemania y Uruguay. Todos se han dedicado a jugar al fútbol con los muchos o pocos fundamentos con los que llegaron a esta instancia. Se habla de la dignidad con la que cayó Uruguay y nos preguntamos si Maradona no tenía razón cuando declaró aquello de “no comerse el chamuyo del 4-1 a Inglaterra” por parte del equipo alemán.

Puede resultar muy divertido, simpático e imponente pensar, hablar y sentir que todo es en blanco y negro, pero sino se observan los grises serán más las veces que prendamos fuego un proyecto futbolístico, sea Maradona, Bielsa, Pekerman o cadorna.

Un indicador deportivo bien argento que se instaló en los últimos años alrededor de los representativos nacionales es la entonación del himno nacional. Tener un mal revés de fondo, ser un volante del montón o tener un magro porcentaje de efectividad en lanzamientos de tres puntos son defectos de juego que se pueden maquillar con un auténtico sentir a la hora de cantar la canción patria. Ahora bien, y siempre intentando trazar un correlato deportivo con la letra de Vicente López y Planes, pareciera que es más importante morir con gloria que vivir coronados de ella.

La lucha como signo más importante del juego es mala consejera. La lucha en sí misma no deja nada sino se busca ser mejor. Traspolar la lucha diaria del laburante al futbol es ridículo: no se trata de ricos y pobres; se trata de jugar al futbol y ya.

¿Alguien imagina que el pasaporte a la final conseguido por toda la selección española significa una alegría inmensa para el pueblo ibérico justo en este momento de crisis económica por la que atraviesa todo el viejo continente?

¿Uruguay perdió en forma más digna que nosotros porque el resultado fue menos abultado que el que nos propinó Alemania y porque corrió los últimos dos minutos del partido al encontrarse con un gol que no se condecía con el trámite del encuentro? ¿Qué iban a hacer? ¿No ir a buscar? La salida de Forlán del campo de juego unos minutos antes del descuento charrúa fue un mensaje inequívoco de que no iba a ser posible emparejar las cosas. De lo que no quedan dudas es de lo positivo que puede significarle al fútbol uruguayo haber tenido la actuación que tuvo en Sudáfrica 2010. Eso sí es digno.

Podemos debatir largo y tendido sobre todos los errores cometidos por Maradona, cuerpo técnico, jugadores y dirigentes. La derrota sin atenuantes frente a Alemania fue frustrante, como así también la poca prestación deportiva de los 19 jugadores que tuvieron la posibilidad de saltar a la cancha y que estuvieron lejísimos del nivel que venían teniendo en sus ligas; pero eso, amigos, no tiene nada que ver con la falta de dignidad.

Por último, un párrafo aparte para la década de oro del deporte español. Fernando Alonso en F1, Rafael Nadal y el equipo de Copa Davis, Carlos Sastre y Alberto Contador en el Tour de Francia, el oro olímpico en el basketball y los anillos de Pau Gasol con los Lakers junto a la Eurocopa 2008 esperan ansiosos a la Copa del Mundo de fútbol en las vitrinas de la gloria española.

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