miércoles 08 de mayo del 2024

Los elegidos para manejar La Doce

Se trata de Hulk y Gabriel Martín, hermano del jefe de la barrabrava de Boca que está detenido por homicidio simple. Rafa Di Zeo aparece al margen.

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La barra brava de Boca tiene un problema: su jefe, Mauro Martín, está preso, acusado por el presunto delito de homicidio simple en perjuicio de Ernesto Cirino, ocurrido el 29 de agosto de 2011 en el barrio porteño de Lugano. El juez que investiga la causa definió el hecho como “un incidente callejero” y dispuso la captura del segundo de Martín, Maximiliano Mazzaro, quien habría actuado junto con su jefe.

Maxi, como se lo conoce en la barra, sigue prófugo. El problema de La 12, entonces, consiste en que su líder y su mano derecha están imposibilitados de dirigirla. Si bien el inicio del campeonato aún está lejos, en pocos días habrá un superclásico de verano; nadie sabe a ciencia cierta quién conducirá a los barras y, peor aún, quién sucederá a Mauro Martín si la Cámara del Crimen confirma su detención y el juez Manuel de Campos decreta la prisión preventiva.

Los nombres que se barajan son varios y ninguno parece, por ahora, prevalecer sobre los demás. Se menciona a Gabriel Martín, hermano de Mauro, a Hulk, un hombre con peso en el sur del Conurbano, perteneciente a la segunda línea de la barra, de la más absoluta confianza del jefe hoy preso, y no faltan, aunque son escasos, los que esperan un contraataque de Rafael Di Zeo en pos del regreso al liderazgo perdido.

Fuentes allegadas a la barra explicaron a PERFIL que el modo de conducción de la dupla Martín-Mazzaro excluye la existencia de un “tercer hombre”. Según relatan, entre ambos monopolizan los vínculos con los dirigentes, los políticos, la imprescindible policía y los sindicatos. “Cuando estaba Rafa (Di Zeo) vos sabías que Alejandro Falcigno tenía banca, que tenía poder, y sabías que si había algún problema, él iba a ocupar el lugar de Rafa; pero Mauro no es así, no hay un sucesor cantado”, insisten.

Alianzas y traiciones. En 1981 José Barrita terminó a tiros con el liderazgo de Quique “El carnicero” Ocampo, quien no habría tenido el talento político de “bajar” a los demás integrantes de la barra brava los beneficios que la actividad comenzaba a generar. Pese a que habría contado con el respaldo de la Policía Federal y del mítico entrenador Juan Carlos “Toto” Lorenzo, Quique cayó a manos del Abuelo.

Con él crecieron los negocios, pero también los episodios violentos. Los balazos signaron el principio y el fin de Barrita. El asesinato de los hinchas de River Walter Vallejos y Angel Delgado el 30 de abril de 1994 puso fin al apoyo policial y político con que había contado. Había estado en contra del ataque a los hinchas visitantes, pero ya la barra no le respondía y terminó condenado a 13 años de cárcel.

Los hermanos Rafael y Fernando Di Zeo se habían forjado un nombre dentro de la barra a principios de los 80 liderando un grupo de violentos que reconocía la jefatura de Barrita. Tiempo después de la detención de éste por el doble homicidio de Vallejos y Delgado, los Di Zeo comenzaron a controlar la barra brava.

Sin embargo, otra vez la cárcel descabezó a La 12. Ellos fueron condenados y presos en 2007 por coacción agravada por el uso de armas, y la barra quedó en manos de un fiel seguidor de los Di Zeo, un ex ladero del Abuelo llamado Alejandro Falcigno. El y Tyson Fernández le “cuidarían” la barra a Rafa hasta que volviera. No pudo ser: el uruguayo Richard les arrebató la jefatura a trompadas tras una final de Copa Libertadores en Brasil, que Boca ganó, en la que la barra no había podido ingresar porque Falcigno y Fernández no consiguieron tickets para todos. Mauro Martín recibió por entonces el poder que ahora deberá defender tanto de sus enemigos como de sus allegados. La historia demuestra que las lealtades escasean en La 12 y que las sucesiones no suelen estar exentas de sangre y violencia.

La cárcel, el sello del final de ciclo. La cárcel ha demostrado ser la parada final del liderazgo de los últimos jefes de la barra brava de Boca Juniors, quienes al no poder subirse al trono del paraavalanchas para dirigir desde esas alturas a La 12 se vieron reemplazados por sus seguidores de antaño, en una historia en la que abundan la ambición, los negocios y las traiciones.

El reinado de José “el Abuelo” Barrita –iniciado en 1981 cuando según el mito xeneize le puso un arma en la cabeza a su antecesor, Quique “el Carnicero” Ocampo, indicándole que su tiempo había terminado– concluyó cuando en 1994 dos hinchas de River fueron emboscados y asesinados en La Boca tras un superclásico. Barrita fue condenado en 1997 a 13 años de prisión por liderar una asociación ilícita.

Rafael Di Zeo se adueñó de la barra y la convirtió prácticamente en una empresa. La 12 prosperó, crecieron los negocios, su fama se hizo internacional, pero dos partidos contra Chacarita y una condena por coacción agravada lo enviaron a prisión en 2007. Nunca recuperó el control de la barra.

Mauro Martín, el último “capo”, fue detenido por su presunta participación en el asesinato de un hombre durante una pelea callejera ocurrida en 2011. Se le denegó la excarcelación y su mano derecha, Maximiliano Mazzaro, sigue prófugo de la Justicia por su supuesta intervención en el mismo hecho.

(*) Esta nota fue publicada en la versión impresa del Diario PERFIL.