martes 30 de abril del 2024

Néstor Girolami: "No puedo dormir"

El piloto habló por primera vez desde que chocó a Guido Falaschi, con quien corría desde los 8 años. "Vivo un momento muy dificil", dijo el Bebu.

442

“Estoy muy mal, perdí a mi gran amigo y vivo un momento muy difícil”, cuenta Néstor “Bebu” Girolami, en una conversación telefónica con PERFIL, sobre la dura noticia de la muerte de su mejor amigo. Girolami no puede dormir pensando en lo que pasó, por lo que se encuentra medicado con miorrelajantes y antibióticos por sus dolores en el abdomen y en el cuello causados por el golpe. “Quiero estar mejor de salud, y cumplir mi tratamiento psicológico. Es muy doloroso y me pone muy mal pensar en lo que sucedió”, agrega.

El domingo pasado, en el final de la carrera realizada en el autódromo Juan Manuel Fangio de Balcarce, el corredor Guido Falaschi, murió tras ser embestido en forma violenta, a 150 km/h, por Girolami. Falaschi había quedado en medio de la pista como consecuencia de un choque contra uno de los muros del autódromo. Sin margen para evitarlo, entre el polvo y las gomas sueltas en medio de la pista, la fatalidad hizo que fuera Girolami quien le diera el impacto final a su amigo de toda la vida. La misma pasión que los unía fue la que los separó.

Pero detrás de ese final, hubo toda una vida de velocidad que pasaron juntos. A los ocho años comenzaron a correr en karting y se hicieron amigos compitiendo. “Tengo los mejores recuerdos de muchas cosas compartidas, dentro y fuera de la pista. Por siempre lo voy a recordar como un gran amigo”, dice Girolami.

Guido Falaschi tenía 22 años y había nacido en Las Parejas, Santa Fe. Se inició en los kartódromos de Córdoba y luego siguió su recorrido en torneos en Buenos Aires. Sus padres siempre apoyaron su crecimiento. Y los que en un principio los conoció como rivales, luego fueron sus mejores amigos. Guido y el Bebu formaban un trío inseparable junto con Mauro Giallombardo.

Historia. Mauro, recibe a PERFIL rodeado de álbumes de fotos, en los que repasa una y otra vez los momentos que pasaron juntos. “Guido, el Bebu y yo éramos muy unidos. Arriba y abajo del auto compartíamos de todo. En la pista éramos rivales pero, a su vez, íbamos de vacaciones juntos, salíamos a bailar y nos contábamos todo”, cuenta. El recuerdo del domingo 13 de noviembre no será uno más para Mauro. “Mi gran sueño era ganar una carrera en TC, lo logré, pero pasé de un momento de felicidad a un dolor tan grande como un piña en la cara. Estaba en el podio y me avisaron que Guido se estaba muriendo, no lo podía creer”, explica.

Los tres amigos vivían intensamente la adrenalina de las pistas. “Tengo todo grabado en mi mente, cada aventura que pasamos. Pero ahora me doy cuenta de que no tengo muchas fotos con él y de que me quedaron ganas de decirle lo mucho que lo quisimos”, se lamenta.

Guido era conocido en las pistas como “el príncipe”, pero para los amigos simplemente era el Gordo. “Era muy gracioso, no paraba de hacer bromas pesadas y siempre estaba de buen humor, por momentos era tímido, pero en grupo era un personaje increíble. Como yo era una pulga al lado de él, me revoleaba para todos lados”, relata mientras mira una foto donde comparten el podio de karting y revive anécdotas. “Pasamos varios veranos en Pinamar y el último que compartimos nos fuimos a Bariloche. En el aeropuerto me tiró las valijas por las escaleras. Mi ropa terminó tirada por todos lados. Pero era imposible enojarse porque no tenía maldad. También me acuerdo de que llegó a salir con una chica que fue mi novia, pero no sé en qué momento la conquistó”. Guido actuaba en la vida igual que en la pista, y según Mauro “le dabas medio metro y te pasaba, era muy veloz”.

Quienes lo conocieron definen a Guido como un virtuoso; siempre iba a fondo y tenía una manera muy clara de manejar. “Iba a ser un referente del automovilismo porque era un piloto muy destacado, un rival muy fuerte y quizás lo que le sucedió sea su legado para que mejoremos las cosas”, agrega.

Falaschi corría para Ford Falcon y se hizo conocer a nivel nacional al obtener el campeonato 2008 de Fórmula Renault Argentina y en 2010 se coronó campeón de Top Race. “Siempre celebramos nuestras victorias juntos. El domingo, si el final hubiera sido otro, nos hubiéramos abrazado y lo hubiera gastado. Ahora quiero ganar el campeonato junto a él, que estará sentado a mi lado”, finaliza.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil