El 24 de febrero de 2022 Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, dio la orden a sus tropas de que ingresaran en territorio ucraniano y comenzó una guerra bélica que continua hasta el día de hoy. Debido a esto, el fútbol, al igual que el resto de las actividades, se paralizó en Ucrania, pero en el día de ayer un equipo del país invadido volvió a jugar un partido.
El Shakhtar Donetsk disputó un amistoso frente a Olympiacos de Grecia, en el que todo lo recaudado será utilizado para ayudar a los más de cuatro millones de ucranianos que se vieron obligados a abandonar su hogar y emigrar hacia otros países.
Los futbolistas lucieron en su espalda los nombres de las ciudades que fueron devastadas por las fuerzas rusas, y en el pecho tuvieron la bandera de su país con el lema "Stop War" (No a la guerra).
Antes del comienzo del partido, se colocaron 176 juguetes en diferentes asientos del estadio, en homenaje a los niños que murieron desde el comienzo de la guerra. El capitán del Shakhtar Donetsk, Taras Stepanenko, habló después del partido y dijo: "Antes del partido hablé con mis compañeros de equipo, recordando lo que está sucediendo en Ucrania. Más tarde, por la emoción, muchos lloraron".
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