jueves 28 de marzo del 2024

Los pibes de la Sub 20 que renuevan la ilusión

Argentina está a un paso de coronarse campeón en el Sudamericano. Tras la clasificación al Mundial, el seleccionado va por todo.

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Argentina está a un paso de coronarse campeón en el Sudamericano Sub 20. Tras la clasificación al Mundial de Polonia, el seleccionado va por todo y tiene con qué.

Su rival final será un Brasil con varias figuras, como Rodrygo Goes y Lincoln, entre otros, pero que todavía no logró conseguir el pasaje al Mundial, por lo que necesita que se le den algunos resultados y ganar contra nuestra selección.

Los pibes de Fernando Batista podrían levantar la copa y convertirse en los verdugos de los multicampeones. Un premio doble.

Hoy, con un envión anímico de triunfos y buen funcionamiento, todo parece encaminarse por la ruta de la esperanza. Aunque el ciclo del Bocha Batista está recién empezando y tuvo al tiempo como mayor enemigo.

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Con experiencia en el área de juveniles, Batista asumió el 12 de diciembre de 2018 y dos días más tarde tuvo que presentar la lista para el torneo que está disputando en este momento. Con un poco más de un mes de preparación, el ex jugador de Argentinos Juniors arrancó su proyecto sin saber hasta dónde llegaría.

Ya con la lista definida, los problemas surgieron de nuevo: Ezequiel Barco (Atlanta United) y Agustín Almendra (Boca) sufrieron lesiones previas al Sudamericano y fueron suplantados por Gonzalo Maroni (Talleres) y Julián López (Racing). Luego, con la competencia ya iniciada, también tuvieron que desafectar a Leonardo Balerdi, flamante incorporación del Borussia Dortmund, pero sin posibilidades de un reemplazo.

La adaptabilidad de los juveniles jugó un rol clave en el desarrollo de este torneo. Variando estrategias y jugadores, el equipo fue encontrando buen funcionamiento con el correr de los partidos.

Del 4-3-3, al 4-1-4-1, con un 4-4-2 en el medio y finalizando 4-2-3-1 en el último partido ante Uruguay. Sin “casarse” con nadie, Batista no titubeó a la hora de mover piezas: fueron utilizados 21 de los 23 jugadores del plantel. Los únicos que no ingresaron son los arqueros suplentes Jerónimo Porteau (Estudiantes) y Lautaro Morales (Lanús).

Durante el torneo, varios jugadores mostraron una gran categoría. Aníbal Moreno, de Newell’s, es la revelación de Argentina. El volante ya había captado las miradas y el golazo que marcó ante Uruguay confirmó que es un futbolista al que hay que prestarle atención. Otro buen proyecto se vio en Adolfo Gaich. El delantero de San Lorenzo se destapó con tres tantos y un muy buen partido ante Venezuela.

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También entusiasmó la constancia de los laterales Aaron Barquett (Argentinos) y Francisco Ortega (Vélez), teniendo en cuenta la falta de variantes que hay en esos puestos. Maroni entró por la ventana, pero sin dudas es una de las figuras: a los dos goles y la asistencia que tiene, también se le suman su calidad y la explosión que le aporta al equipo. Si hablamos de cambios de ritmo, imposible no nombrar a Pedro de la Vega (Lanús), Julián Alvarez (River) y Thiago Almada (Vélez).

“Nos armamos hace dos meses, ellos entendieron muchas cosas. Son unos animales. Jugaron estos partidos con situaciones adversas”, destacó Batista después de la clasificación. La falta de tiempo, prima hermana de la desorganización. Contrarreloj, con la experiencia y la sabiduría adquirida, a pelearla. La convocatoria, los entrenamientos, conocerse y entablar una relación; todo con las agujas corriendo a gran velocidad. Nunca es poca cosa, más si hablamos de juveniles. Pibes que están dando sus primeros pasos en Primera, o que ni siquiera debutaron con un plantel de mayores.

Y ahí, en ese mundo donde las luces ya brillan y las crónicas periodísticas empiezan a hablar de ellos, es donde estos chicos están luciéndose, dejando atrás las piedras que aparecieron en los caminos. Porque de eso se trata el fútbol y la vida: luchar contra las derrotas y no correr los ojos de la cima. Por suerte, quien tiene bien en claro esta idea es Batista: “Desde la Sub 15 a la Sub 20, son proyectos a largo plazo. Muchos podrían pensar que si no clasificábamos era un fracaso. Los juveniles tienen que lograr resultados, pero no debe ser lo único. Mi mayor logro no será este, sino que estos chicos sean el futuro de la selección mayor”. La importancia de un entrenador que plasme la idea de sembrar una semilla para generar un futuro próspero es la pata fundamental para que los errores del pasado dejen de cometerse una y otra vez.

(*) La nota fue publicada en la edición impresa del Diario Perfil